El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha conseguido el dinero para que España pueda salir de la crisis económica en la que está inmersa por culpa del coronavirus.
Sin embargo, según OK Diario, el líder socialista ha tenido que asumir múltiples renuncias para que la Unión Europea le diese el dinero necesario para comenzar a reflotar el país. (Europa se ríe de Pedro Sánchez y deja a España sin 5.000 millones de euros)
Pedro Sánchez, que fue recibido en La Moncloa entre aplausos y vitores, no ha comentado las condiciones que tendrá que cumplir por el préstamo que le ha concedido la Unión Europea.
Lo primero que tendrá que hacer España será garantizar la propia solvencia para devolver las ayudas. Para ello, Sánchez tendrá que elaborar una hoja de ruta reformista detallada que evaluará la Comisión Europea. (¡Hostión europeo de Sánchez!)
Pedro Sánchez tiene un dilema importante ya que Europa es partidaria de volver a la austeridad pero Pablo Iglesias se ha llenado la boca diciendo que no habrá nuevos recortes. El vicepresidente segundo del Gobierno también ha dejado claro que renunciará a la reforma laboral del PP.
Asimismo, España ha tenido que aceptar el 'freno de emergencia' de la UE. Es decir, que cualquier país o grupo de países, si ve algún asunto preocupante en las finanzas públicas de otro país o en su gobernabilidad, lo trasladará al Consejo Europeo para que lo evalue y tome las medidas oportunas.
El Gobierno asegura que no es un derecho de veto pero la realidad es que, mientras que se estudia lo que pasa en el país ‘acusado’, se bloquearán las subvenciones a fondo perdido o el dinero del crédito. (El PP confía en que Europa salve a España de los desvaríos de Sánchez)
Pedro Sánchez viajó a Bruselas para conseguir dinero sin ninguna condición pero ha regresado a La Moncloa con una serie de condiciones que se ha visto obligado a aceptar.
El rescate de 2012
España ya fue rescatada por la Unión Europea en el año 2012 aunque hay una diferencia importante entre los dos préstamos. El primero fue para hacer frente a la reestructuración de la banca mientras que ahora ya no se pide para un sector concreto sino para reflotar la economía nacional.
Sin el dinero de la Unión Europea, España tendría graves problemas para afrontar sus compromisos de pago, que se han disparado desde que comenzó la crisis del coronavirus.