Oriol Junqueras disfruta hoy de la libertad proporcionada por los indultos de Pedro Sánchez. Sin embargo, su estancia en las cárceles de Estremera, Soto del Real y Lledoners fueron un suplicio para sus funcionarios, que vivieron una auténtica pesadilla mientras el político de Esquerra Republicana estuvo en las instalaciones.
Uno de los incidentes que muestran el verdadero carácter de Junqueras fue el que ocurrió en Estremera. El político, después de su primera noche entre rejas, bajó al comedor a desayunar. Sin embargo, no pudo comer tranquilo, ya que un funcionario le recordó que se había dejado la cama sin hacer y que debía colocarla antes de seguir comiendo.
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Junqueras se giró, sorprendido, y lanzó una pregunta que muchos consideran una muestra más de la superioridad impostada del político de Esquerra Republicana: "Ah, ¿que me tengo que hacer la cama?". El funcionario de Estremera, sin perder la calma, dio una dura contestación a Junqueras: "Sí, esto no es un hotel". Tuvo que acatar la orden.
No es el único problema que causó Oriol Junqueras durante su estancia en las cárceles españolas. Instituciones Penitencias investigó al político de Esquerra Republicana y a Jordi Sánchez, el presidente de ANC, por supuesta vulneración del "conducto reglamentario para la salida de su correspondencia". A pesar de la investigación interna iniciada por la Comisión Disciplinaria de Soto del Real, todavía no han trascendido más detalles de esta "vulneración" de Junqueras y Sánchez.
Desde el principio de su estancia en el sistema penitenciario español, Oriol Junqueras intentó escaparse de cualquier forma posible, sin importarle que dejara atrás a sus compañeros de fatigas cuando estaban en el poder en la Generalitat presidida por el fugado Carles Puigdemont. El abogado de Oriol Junqueras, apenas después de una semana de estancia de su cliente en la cárcel, solicitó al Tribunal Supremo la posibilidad de salir del penal para acudir a los plenos del Parlament.
Junqueras se refugiaba en los argumentos de que los diputados tienen "el deber de asistir" a los todos los plenos que se celebren y que "su voto es indelegable". Su condena inicial por rebelión, luego suavizada a secesión, ha provocado que la Justicia española no sea del todo clemente con Junqueras por atentar contra la unidad de España.
Al menos, Oriol Junqueras tuvo la decencia de ser un preso tranquilo y modélico. Según ha contado el propio político de Esquerra Republicana, los independentistas siempre contaron con el apoyo de cierto sector de los presos. El tiempo de Junqueras en Estremera y Soto del Real estuvo marcado por la tranquilidad: "No he tenido ningún incidente, solo una vez, en la que me encaré con alguien que se encaraba conmigo, pero fue bien".
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Junqueras también ha mencionado conocer "a gente interesante" dentro de prisión. Muchos sostienen que la persona que el político catalán conoció durante su estancia en Estremera no es otra que el excomisario de policía José Manuel Villarejo. Junqueras disfruta ahora de la libertad concedida por Pedro Sánchez con la condición de que no vuelva a cometer los mismos delitos por los que se le encerró.