Lo que nunca se ha contado sobre Miguel Ángel Revilla y su pasado falangista

El presidente cántabro evita ahora hablar de su pasado, relacionado con la Falange más defensora del pensamiento "joseantoniano".

Lo que nunca se ha contado sobre Miguel Ángel Revilla y su pasado falangista
Lo que nunca se ha contado sobre Miguel Ángel Revilla y su pasado falangista

Miguel Ángel Revilla es, sin duda, uno de los políticos más queridos y reconocidos del actual panorama español, habiéndose convertido en un verdadero ídolo de masas; un éxito al alcance de muy pocos políticos españoles, compartido también por Alberto Núñez Feijóo o Abel Caballero.

Un éxito que no sólo se debe a los más de cuarenta años que lleva el presidente cántabro en la política, sino también a su capacidad de conquistar a los ciudadanos con su oratoria, tal y como se ha podido comprobar, recientemente, en su visita al plató de 'El Hormiguero', donde Revilla acumuló un 15% de audiencia durante su entrevista con Pablo Motos; es decir, casi 2,5 millones de personas que, esa noche, estuvieron pegadas al televisor para escuchar las palabras del cántabro.

Unas palabras en las que el cántabro ha demostrado haber cambiado mucho en estos años de presencia pública, tanto a nivel personal, siendo cada vez más consciente de su perfil político, como a nivel ideológico, confesándose ahora un "demócrata".. pero con un pasado que él mismo ha intentado evitar confesar durante años.

Un político "a disgusto"

"Bien sabe Dios que yo en la política estoy a disgusto" defendía un joven Revilla en 1984, en una entrevista en TVE "Y estoy deseando que estos socialistas, que dicen que lo van a arreglar todo, lo hagan, para marcharme a Polaciones a pescar. Así de claro. El primer día que se cumplan las condiciones que anuncian que van a hacer, yo cuelgo mi chaqueta de político ¡porque la odio".

Un odio que, o bien se ha convertido en amor a su profesión en los últimos 30 años, o que se mantiene, suponiendo entonces que los "socialistas" a los que apelaba en aquel momento el desconocido parlamentario autonómico siguen sin haber cumplido con sus promesas.

Eso sí, la parte económica denunciada por Revilla sí parece haber cambiado considerablemente: así pues, en 1984, el cántabro era muy sincero sobre su salario dentro del Partido Regionalista de Cantabria: "me cuesta de mi bolsillo la mitad de lo que gano".

Algo que, ahora, es muy distinto, ya que el presidente del PRC cobrará en 2022 un sueldo de más de 64.000 euros, a la vez que, gracias a los libros que ha escrito centrados en su experiencia política, ha ganado más de medio millón de euros.

Pero no es sólo la situación política del cántabro lo que ha cambiado en los últimos años, sino también su ideología política, habiendo pasado de ser un falangista reconocido, a defender ahora que siempre ha sido un "demócrata".

Falangista "joseantoniano"

"Tenemos que hacer comprender al mundo que el pensamiento joseantoniano, adecuadamente actualizado, tiene plena vigencia en el contexto actual [...] Una actualización del pensamiento de Jose Antonio" destacaba Revilla en 1973.

Palabras con las que el presidente de Cantabria demostraba ser fiel seguidor de la Falange, a pesar de que el movimiento se encontraba de capa caída dentro de la dictadura franquista, a punto de terminar. Ideología política que llevaba a Revilla a convertirse en el Delegado Comarcal del Sindicato Vertical en la comarca de Torrelavega.

"Cometí un error de bulto" explicaba sobre la cuestión en 2011, cuando el programa de Telecinco 'La Noria' le preguntaba, como una "encerrona" sobre este pasado del que Revilla ha demostrado no querer hablar: "Lo sabe todo el mundo. Todo el mundo sabe cómo acabó aquello y dónde acabé".

Explicaciones de su pasado político en las que, aún así, defiende haber sido un gran "demócrata" dentro de los límites del Sindicato Vertical: "Yo pensaba que, desde dentro, podría ir modificándose hacia un sistema sindical más democrático" ha asegurado.

Un Revilla de la última etapa franquista que parece muy alejado del Revilla que un ahora ostenta la presidencia de Cantabria, y que aboga por un diálogo urgente entre políticos para conseguir acabar con la brutal pandemia que atraviesa el país, así como con la crisis económica derivada de la pandemia.