La Universidad de Gerona siempre ha sido un foco de polémica, dado que está ubicada en una de las zonas en las que el conflicto catalán tiene más representación.
Tanto es así, que en varias ocasiones las clases universitarias se han visto interrumpidas o canceladas debido a los piquetes impuestos por los radicales independentistas de la zona. (La última dosis de realidad que se ha llevado el independentismo con su adoctrinamiento escolar)
Ahora, ha sido la facultad de Ciencias la que ha visto sus derechos y libertades coartados, ya que, a partir de ahora, la facultad presentará un gran lazo amarillo en su entrada principal.
Una manera de imponer a todos los estudiantes el emblema independentista, ya que la fotografía propagandística es clara: ver a los estudiantes bajar la cabeza y aceptar la presencia del lazo amarillo al asistir a la universidad.
Una nueva imposición en el terreno académico
No es la primera vez que el independentismo pretende irrumpir en las universidades catalanas, imponiendo su ideología política. (Estas chorradas antiespañolas se escuchan en la Universidad de Barcelona... ¡Y no pasa nada!)
Recientemente, los estudiantes de segundo de bachillerato, recién examinados de Selectividad, veían cómo la publicación de sus notas oficiales se retrasaba, hasta el punto de sólo poder escoger universidades catalanes para sus carreras.
Además, durante todo el curso escolar anterior, muchos fueron los actos de los independentistas radicales en las universidades, provocando piquetes, destrozos de material público, y llegando a agredir a aquellos que, haciendo uso de sus derechos, querían asistir a clase durante las manifestaciones secesionistas.
Sin embargo, las universidades no son el único foco estudiantil en el que están centrados los grupos independentistas, con la Generalitat a la cabeza. (¡¡Y luego llaman "fachas" a los demás!! Barbaridades como esta suceden cada día en Cataluña)
También los colegios han tenido que sufrir el yugo de los nacionalistas, que ya no sólo modifican el contenido académico, sino que instan a profesores y alumnos a utilizar el catalán, no sólo en clases, sino en zonas comunes como el comedor o el patio de recreo de los más pequeños.