María Patiño es muy apasionada cuando relata una noticia o quiere defender a alguien. Se le hincha la vena y parece que vaya a tener un síncope. Con el paso del tiempo ha demostrado que sus fobias y filias varían según le interesa.
Le gusta ser la estrella por encima de sus compañeros y si su silla depende de sus opiniones, no tiene ningún problema en cambiar de opinión. Esto es lo que le ha ocurrido con Rocío Carrasco y Fidel Albiac.
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Ayer publicó en Twitter esta parida: "Cada día me siento más orgullosa de la educación que me dieron mis padres. Lucha por lo que crees, sin buscar el aplauso y sin mirar atrás". Se podría decir que solo ha seguido una parte del consejo de sus padres. "Mataría" por los aplausos, pero no mira hacía atrás según le interesa.
Ha olvidado que para conservar su silla en Sálvame, escribió en Twitter estos mensajes: "Rocío Jurado sabía quien era Fidel, digan lo que digan". "Fidel Albiac argumentó problemas psicologicos para ganarme en los tribunales. Me escucharon y gané. Y como dice Antonio Rossi hoy solo hay un ganador. Él". "Fidel Albiac urdió todas las demandas de Rocío Carrasco contra Antonio David Flores".
La hemeroteca le pasa factura
Desgraciadamente para ella, en este caso las palabras no se las lleva el viento. La maldita hemeroteca permite ver la cara real de las personas. Es lo que tiene la tecnología, no se puede mentir, todo consta.
Ha recibido muchos comentarios, de la "Marea Fucsia" y de la "Marea azul". Los "pro" Rociíto la felicitan por seguir el consejo de sus padres, pero los "anti" Rociíto la machacan por hipócrita, por defender lo indefendible y por no tener escrúpulos. Para la Patiño, todo vale a cambio de una silla y un programa.
Rocío Flores ha confirmado en El programa de Ana Rosa que ya han denunciado a María Patiño por reiterar que Antonio David fue el que colocó los carteles con la fotografía de Antonio David, llamándole maltratador.
Lo que es evidente es que a María Patiño le resbalan los comentarios. No es la primera vez que "cambia de chaqueta" y no se inmuta. Cuando algo no le interesa da la callada por respuesta y pone cara de cabreada.