Le había crecido tanto el pelo que parecía una madeja de lana con patas. Según calcularon debía llevar casi 2 años abandonada.
Es increíble pensar como pudo sobrevivir, sin comida, sin agua, con el frio, con el calor. Algunas buenas personas la debieron ayudar.
Pudieron cogerla y en el mismo momento ya le cortaron un poco de pelo para poder dejarle los ojos libres. Era preciosa.
En cuanto la liberaron de todo el pelo, saltó y se acercó a la veterinaria. Quería que la abrazasen y le daba besos.
Ya ha aprendido a ser un cachorro normal, juega, salta y duerme en una cama mullida. Se lleva muy bien con los demás perros de la casa de acogida y es feliz.