A principios del 2006, Joya Williams, entonces secretaria de un alto directivo de Coca Cola, escondió en su mochila los documentos que contenían la fórmula secreta y un frasquito con la prueba de la nueva bebida. En seguida, sus dos comparsas, Ibrahim Dimson y Edmund Duhaney, enviaron una carta la compañía Pepsi ofreciéndole la fórmula de Coca Cola por 1.5 millones de dólares. La carta, enviada en un sobre oficial de Coca Cola, estaba firmada por un tal Drik, supuesto directivo de la firma.
Cuando llegó a manos de Pepsi, el directorio decidió rechazarla e inmediatamente se puso en contacto con Coca Cola enviándole una copia del documento recibido. Avisadas las autoridades, agentes del FBI se hicieron pasar por ejecutivos de Pepsi e iniciaron una falsa negociación con los conspiradores.
Un policía le entregó 30 mil dólares a Dimson, asegurándole que el resto se lo depositaría en una cuenta bancaria. Sin embargo, ese fue el gran error de los conspiradores que, al abrir la cuenta, lo hicieron con la dirección real de Duhaney, en Decatur, Georgia. Los agentes del FBI invadieron su casa y encontraron allí los documentos con la fórmula secreta y el frasco que contenía le nuevo producto de Coca Cola.
A la par, revisaron todas las cámaras de seguridad de la empresa hasta que encontraron la cinta en la que Joya Williams aparecía robando el documento secreto. Los tres comparsas fueron presos y acusados por conspiración industrial. En febrero de 2007, Williams fue condenada a 8 años de prisión y sus cómplices a 5 años cada uno.