Miles de sargentos de la Guardia Civil han vivido estos últimos meses una encrucijada personal y familiar debido a un ascenso profesional que les ha provocado más de un quebradero de cabeza.
Según datos de la Asociación de Suboficiales de la Guardia Civil (Asesgc), más del 67% de los sargentos del cuerpo que este año han sido propuestos para subir en el escalafón han rehusado hacerlo. (La carta de la mujer de un guardia civil que deja retratado a Piqué)
Uno de cada tres sargentos de la Guardia Civil ha preferido rechazar el ascenso porque entienden que ese cambio de rol y funciones dentro del Instituto Armado les perjudica.
La razón es que el Ministerio de Defensa ha reclasificado los puestos de trabajo que hasta ahora ocupaban los brigadas (puesto por encima de sargento) para ubicar en ellos a los nuevos tenientes recién salidos de la academia de oficiales el pasado julio, ha explicado la asociación.
Son plazas de jefaturas de seguridad ciudadana de las comandancias, de centros de operaciones de servicio o de intervención de armas, entre otros.
Los brigadas eran los máximos responsables de estos departamentos pero ahora pasan a estar dirigidos por los tenientes mencionados anteriormente. (La Guardia Civil emprende una operación contra la trata de blancas en La Jonquera)
Un puesto menos atractivo
Esta decisión del Ministerio de Defensa ha provocado que el ascenso de sargento a brigada sea menos atractivo. "De ser jefes de estos departamentos pasan a situarse como números dos, con la consiguiente reducción de salario en forma de complementos que esto conllevan", han explicado desde Asesgc.
Asimismo, el ascenso suele conllevar un cambio de ciudad y no les compensa mudarse y llevarse a toda su familia tras la reducción en los sueldos de los brigadas que ha aplicado el Gobierno.