La pareja formada por Diego y Lola parecía ser una de las más sólidas de 'La isla de las tentaciones', pero han bastado solo unos días de mimos y palabras bonitas del empresario italiano Simone para que la joven de 23 años se plantee romper su 'familia', la que formaban ellos dos con su perro, Horus, y que tanto temor le causaba perder en el estreno del reality. Si no quieres spoilers, no sigas leyendo.
"Me da miedo romper nuestra familia, que es nosotros y un perro pero me da miedo eso", decía llorando en ese primer programa. "Creo que sí confío en Diego, yo venía muy segura hasta ahora", confesaba. Quien no podía confiar en ella, visto lo visto, era él. Y es que en solo tres días Lola ha establecido una relación muy cercana con Simone y se plantea romper esa 'familia'.
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De hecho, la única razón por la que no se lanza a la aventura con el italiano es simplemente porque teme que Diego, al que califica de "rencoroso y vengativo", le impida seguir viendo a Horus.
Así lo confesaba en el segundo episodio, que fue publicado en exclusiva por MiTele este miércoles con 24 horas de adelanto respecto a Telecinco.
Las dudas de Lola con Simone
"Simone es un chaval muy caballeroso, muy dulce y muy sensible. Y a mí me gusta esa personalidad", confiesa Lola. "¿Cómo no me va a gustar que Simone me halague? A todas nos gusta gustar y que nos digan cosas bonitas", se justificaba.
"Yo venía aquí a poner a prueba a Diego, no a ponerme a prueba a mí. Yo venía segurísima de mí misma y ver que el reto lo estoy haciendo yo personalmente... Lo que Diego le falta hacia mí que es lo que tiene Simone es esa atención. Diego no viene hacia mí, yo tengo que ir detrás de él. A mí me encanta sentirme querida, que me abracen, que me achuchen, que me sienta pequeña, como una princesita. Suena típico pero me hace sentir muy bien", explicaba sobre Simone.
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Así, empezaba a dudar sobre su relación y se lo confesaba a las chicas después de confundirse y llamar "amor" al italiano: "Yo al principio no lo he frenado y ahora qué le digo, ¿que no? Él me está regalando la oreja y yo mientras estoy pensando: el perro, la casa... Yo a Diego le quiero mucho, pero si yo lo dejo con él por equis razón no me voy a morir porque sé tirar para delante sin un hombre. Pero el perro tía...", lloraba. "Me condiciona mucho", repetía en una fiesta al día siguiente.
"Desde que estoy aquí no dejo de pensar en mi perro. Se llama Horus, es un rottweiler y se lo regalé a Diego por su cumpleaños. Si ve algo que no le gusta de mí va a quitármelo de golpe para hacer daño porque él es así, rencoroso y vengativo. Hombres hay muchos, pero mi perro él solo es él (...). Perder a mi perro sería lo peor, es que parece humano. Nunca tendré un perro como él", finalizaba.