Con motivo del puente de Todos los Santos, muchas comunidades autónomas de España han cerrado sus fronteras a los viajes intercomunitarios, intentando así frenar la ola de contagios por Covid-19 que parece haberse apropiado del otoño.
Un nuevo confinamiento que no ha gustado a la ciudadanía, que vuelve a sentirse castigada por las acciones de unos pocos, mientras que critican que el Gobierno no es capaz de desarrollar medidas contra la pandemia que no exijan el cierre y el confinamiento de la población.
Son estas quejas las que han provocado, en diversos puntos de España, disturbios y manifestaciones callejeras, que se han saldado con destrucción de mobiliario urbano, quema de contenedores, cortes de calles y algunos enfrentamientos con la Policía.
Pese a que estas protestas no han sido organizadas por ningún partido, ni se han observado enseñas políticas durante las manifestaciones, los partidos políticos han aprovechado estas movilizaciones ciudadanas para, una vez más, buscar 'culpables', antes que pactos.
Podemos y PP, contra Santiago Abascal
"Hay más motivos que nunca para protestar contra este gobierno que nos arruina. Pido a la policía que proteja el derecho de manifestación" ha asegurado Santiago Abascal, líder de Vox, en sus redes sociales.
Así defendía Vox la manifestación de los ciudadanos de estos días, mientras expresaba su repulsa a los "disturbios y saqueos" que se estaban produciendo en estos movimientos.
Unas palabras contra las que ha cargado el Partido Popular, recuperando la diputada Ana Vázquez las palabras que ya pronunció en el Congreso Pablo Casado: "Nosotros no apoyamos las protestas. Por eso no somos iguales".
"Claro que no sois iguales" respondía Iván Espinosa de los Monteros "Vosotros sois igual que el PSOE [...] Así que vosotros a lo vuestro, que es colaborar con este gobierno".
Palabras que tampoco gustaban a Pablo Iglesias, que aseguraba que estas manifestaciones en contra de su gobierno provenían de la ultraderecha cobarde que "tira la piedra y esconde la mano".
Unas declaraciones de los principales partidos que, nuevamente, han demostrado que los máximos dirigentes del país están enfrascados en sus rivalidades políticas, dejando nuevamente abandonados a sus ciudadanos, que observan cómo ni los incendios ni las protestas pacíficas consiguen abrir los ojos de la clase política, superada por la crisis del coronavirus desde el mes de marzo.