"Los Florentino Pérez y compañía nunca pierden. Cuando el negocio les sale mal, lo rescatamos con dinero público".
Esta es una de las frases más significativas que ha afirmado, en varias ocasiones, Alberto Garzón, actual ministro de Consumo, sobre el presidente del Real Madrid y sobre uno de los equipos más significativos del panorama español.
"Florentino Pérez representa la oligarquía española y tiene vínculos con la Casa Real y partidos políticos que obedecen a ámbitos que van más allá del deporte".
Ataques frontales que, ahora, siendo ministro de Consumo, ha repetido Alberto Garzón, consiguiendo aprobar una de las medidas más drásticas, y más dolorosas, para las arcas del Real Madrid, que podría provocar un nuevo agujero financiero tras la pandemia del coronavirus en el conjunto blanco.
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Y es que, en plena pandemia, Pedro Sánchez ha aprobado el Real Decreto que regula la publicidad del juego en el deporte.
Un "ejemplo" para los jóvenes
"Los futbolistas famosos operan como los clubes: no son simples personas aisladas. Ellos mandan un mensaje al resto del país. Los mejores no pueden normalizar una actividad que es peligrosa. El deporte puede y debe reorientar su función social" ha asegurado el ministro de Consumo a través de Twitter.
Así ha defendido Garzón el real decreto que limita la publicidad del juego de azar y las apuestas online de madrugada; concretamente, entre la 1 y las 5 de la mañana, y que se hará extensible a los eventos deportivos.
Una medida que obliga a los clubes a romper sus contratos de patrocinio con las casas de apuestas, prohibiendo que las marcas de las casas de apuestas aparezcan en las camisetas de los jugadores a partir del año 2021.
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"El Gobierno solo ha utilizado el principio rector de la salud pública en este decreto" ha asegurado el ministro Garzón.
Sin embargo, las consecuencias económicas de este nuevo decreto caerán como una losa sobre la ya maltrecha economía del Real Madrid, convirtiéndose casi en una cuestión "personal" de Garzón contra el presidente de los blancos, al que ha lanzado una real puñalada de la que dificilmente, en plena pandemia y sin público en el Bernabeu, pueda recuperarse.