El alicantino Raúl M.T. (43 años) se enfrenta a una petición de 26 años y medio de cárcel por asesinar en el ascensor de su casa de Alicante a la hija de una vecina anciana asestándole 68 puñaladas.
El motivo del brutal asesinato sería que la mujer “no le dejaba dormir”.
El supuesto asesino será juzgado a partir de hoy por un jurado popular en la Audiencia Provincial de Alicante.
El crimen tuvo lugar a las tres de la tarde del 28 de marzo de 2018 en un edificio de la avenida Doctor Jiménez Díaz de Alicante.
La víctima, África (58 años), se disponía a salir del ascensor para entrar al piso en el que vivía con su madre, María del Pilar (92 años).
En ese instante, el procesado la agarró del cuello, la tiró al suelo y le asestó 68 puñaladas en todas las partes del cuerpo (cara, cuello, pecho, tronco…).
La navaja que empleó para cometer el brutal crimen tenía una hoja de 10 centímetros de longitud.
Dejó a la víctima todavía viva sobre un charco de sangre
El escrito de calificación de la fiscalía recoge que el acusado actuó sin que la víctima pudiese defenderse y que la dejó, todavía con vida, sobre un charco de sangre, y a continuación le dijo a María del Pilar que a ella no le iba a hacer nada “porque era muy mayor”.
“Te acordarás de mí por no dejarme dormir”, le habría dicho el supuesto asesino a la anciana mientras presumía de ser “valiente” y que iba a esperar a la Policía.
La víctima fue trasladada de urgencia al hospital, donde fallecía poco después a causa de las graves heridas.
“Teníamos que haberlo hecho antes"
Cuando llegaron los agentes al escenario del crimen, el padre del acusado, José Rafael M.M., bajó al portal y amenazó a la madre de la víctima diciéndole: “teníamos que haberlo hecho antes, estamos hartos de vosotros, lo tenías que pagar y lo pagarás”.
El relato de la acusación pública recoge que los agentes tuvieron que intervenir para que el José Rafael no agrediese a la anciana.
La fiscalía pide 26,5 años de cárcel para el acusado y un año y medio de prisión para el padre del acusado por un delito de amenazas.
Indemnización
El acusado también se expone al pago de una indemnización de 150.000 euros al viudo, 100.000 euros a cada uno de sus dos hijos y otros 75.000 euros a la madre de la víctima.
El acusado padece trastorno de personalidad diagnosticado por adicción al consumo de drogas, aunque en el momento del crimen "no presentaba alteraciones mentales que afectasen a su inteligencia y su voluntad".