Un individuo de 43 años decapita a su mujer porque no le gustó la sopa de repollo que le había hecho. “El plato no estaba sabroso”, dijo. Sucedió en Rusia.
Tras asesinar a su mujer, intentó quitarse la vida, pero al final no se atrevió, propio de un cobarde que es capaz de hacer lo que hizo. El individuo fue detenido y se enfrenta a una acusación de homicidio premeditado. (Una mujer apuñala a su marido con un cuchillo de cocina en Madrid).
Los vecinos llamaron a la policía y se encontraron con el desagradable espectáculo de la mujer decapitada. La asesinada tenía 47 años.
Según lo que han contado los vecinos, el hombre empezó a cambiar y a volverse violento hace unos meses, cuando perdió su trabajo.
Bebía grandes cantidades de alcohol y posiblemente otras sustancias, lo cual lo convirtió en un hombre agresivo y peligroso.
El segundo asesinato en Rusia por razones ‘alimentarias’
La policía rusa ha recordado que este es el segundo caso, en menos de una semana, en que un problema culinario acaba en asesinato. Han hecho hincapié en que si hay sospechas de un cambio de comportamiento se denuncie antes de que ocurra algo que podía haber sido evitado.
Situaciones como estas deberían poder evitarse pero es sabido por todos que a las mujeres les da miedo denunciar a su maltratador. Aunque algunas denuncias salgan a la luz, en la mayoría de casos se llega tarde. (Un asesino en libertad condicional mata a la abogada que le defendió cuando mató a su esposa).