Los hemos visto en las solapas de Quim Torra y Carles Puigdemont. También en los asientos del Congreso, en las redes sociales, en las calles.
Los lazos amarillos, la protesta independentista frente a la acción de la Justicia contra su rebelión, está por todos lados.
Ahora, el secesionismo más vandálico ha aparecido, con pintadas en spray reflejando el lazo amarillo independentista en plena Naturaleza.
Ha ocurrido en la comarca gerundense del Ripollès. Más concretamente, en el Gra de Fajol, un monte de más de 2.000 metros de altura, y conocido por ser uno de los parajes naturales más bonitos de Gerona.
El Gran Fajol ha amanecido con lazos amarillos pintados en su loma, junto con incripciones como "CAT" pintadas en toda la extensión del terreno natural.
El monte no es el único afectado
Aunque estas pintadas independentistas demuestran el carácter vandálico de algunos separatistas catalanes, desde hace mucho tiempo hay un colectivo que se ve enormemente afectado por los lazos amarillos de Puigdemont y los suyos. (Sociedad Civil Catalana le pone fecha a la Plataforma de Afectados por el Procés)
Es el caso del los afectados por la Espina Bífida, una enfermedad que utiliza el lazo amarillo como símbolo de concienciación desde 2013, y que están viendo cómo su capacidad de actuación está siendo menguada por la vinculación política que están llevando a cabo los independentistas, afectando a casi 20.000 personas con EB, que se han quedado sin voz.