Las universidades catalanes llevan varios años "aguantando el tirón" y acercándose a la quiebra debido a los deseos de independencia del Govern.
Con los Presupuestos de la Generalitat prorrogados desde 2017 y con graves déficits financieros que arrastran por la crisis, los campus catalanes están al límite. (Estudiantes limpian la universidad de porquería independentista)
La Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), una de las de referencia en Cataluña, financia los gastos de luz y agua de sus instalaciones y el incremento del IPC en las nóminas de sus funcionarios.
La rectora, Margarita Arboix, ha reconocido que el centro educativo no está pasando por un buen momento y que tiene que recurrir a la financiación para salir adelante.
"No puedo garantizar nada con presupuestos prorrogados, entre otras cosas porque no solo han aumentado los sueldos sino también el precio de la luz", ha explicado Arboix.
La financiación del sistema universitario catalán ha retrocedido en estos últimos años hasta niveles de 2007. Han pasado de recibir 900 millones de euros a 700 en solo unos años. ('Pacifismo' indepe en la UAB: "Os reventaremos la cabeza, hijos de puta")
Dos llamadas de socorro
La Associació Catalana d’Universitats Públiques (Acup), que representa a las ocho universidades públicas catalanas, ha lanzado dos llamadas de socorro a la Generalitat.
"Con presupuestos prorrogados y un control de la financiación autonómica por parte del Estado es muy difícil materializar las políticas financieras que Cataluña necesita", ha indicado la Secretaría de Universidades en una respuesta a la demanda de los rectores.