En algunas ocasiones, Rocío Flores es una víctima de Antonio David. En otras es el demonio hecho carne. Según sople el viento, tanto su madre, Rocío Carrasco, como los colaboradores de Sálvame en general han modificado su discurso, adaptándolo a las circunstancias y a la actualidad. Unas veces les interesa más echar porquería contra ella y otras veces, cuando se les empieza a ver el plumero, cambian la dirección de sus 'disparos'.
La mejor prueba de esa forma de actuar la encontramos en la propia Rocío Carrasco, quien aseguró en la docuserie que su hija es una víctima de Antonio David pero su comportamiento está muy alejado de alguien que piensa así. El desdén con el que ha tratado el tema de un posible acercamiento con su hija resulta de lo más sonrojante para alguien que supuestamente sigue teniendo la esperanza, como ella dice, de reconciliarse con sus hijos.
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Algunas de las frases que ha pronunciado Rociíto en los últimos años y especialmente tras el regreso a la primera línea de la actualidad de Antonio David Flores (cuando entró en Gran Hermano VIP) son dignas de mención. Están muy alejadas de sonar a reconciliación, más bien suenan a auténtico desprecio hacia sus hijos, por mucho que Carlota Corredera y compañía pretendan vender la moto de que no es así.
Ese es el comportamiento que ha generado tantísimas dudas entre la sociedad: ¿Cómo alguien es capaz de decir que quiere a su hija y al mismo tiempo permite que se digan las barbaridades que se dicen sobre ella? ¿Cómo alguien puede defender que su hija es una víctima y aun así despreciarla públicamente con comentarios completamente fuera de lugar? Son preguntas que tienen muy difícil respuesta.
Las tres frases más polémicas de Rocío Carrasco contra su hija
Posiblemente la más polémica de todas las frases que ha pronunciado Rocío Carrasco sobre su hija es la que pronunció después de su boda, a la que no acudieron ninguno de sus dos hijos. Tanto Rocío Flores como su hermano David no estuvieron invitados al enlace, aunque posteriormente Rociíto 'vendió' que David Flores no fue porque Antonio David se lo impidió. Sea como sea, su ausencia no le pareció 'importante': "Todo ha salido tal y como queríamos,como habíamos planeado y como habíamos soñado. La boda que nosotros queríamos. Teníamos a todas las personas que han sido importantes en nuestra vida, en alguna de nuestras etapas. Solo queremos celebrar lo felices que somos con la gente que queremos y que nos quiere", dijo sobre los invitados a su boda.
Esa fue su primera gran metedura de pata: el relato que mantiene actualmente no encaja tanto cuando escuchamos frases como esta. Como tampoco encaja que Rocío Carrasco usara la ironía para referirse a la participación de su hija Rocío en 'Supervivientes': "¿Eso lo echan en Netflix?", preguntó a una reportera que le interrogaba sobre si vería a su hija en el reality. En la docuserie intentó justificar aquellas palabras: "Para mí enfrentarme a esa pregunta no es fácil, cuando digo lo de Netflix es para quitarle importancia a esa pregunta. No considero que fuera un comentario desafortunado, sino un arma mía para poder abordar lo más tranquilamente posiblemente esa pregunta", esgrimió.
La última vez que hemos escuchado un comentario desafortunado a Rociíto fue durante las pasadas fiestas navideñas: "Virgencita que me quede como estoy", deseó para el año 2022. Una vez más, da la sensación de que está encantada con su vida. Vuelve a estar en la cresta de la ola, está volviendo a ganar dinero en televisión y no parece que tenga intención de arreglar las cosas con sus hijos. Si fuera así, le cantaría las cuarenta a más de uno de sus amigos de 'La Fábrica de la Tele'.
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Si acaba habiendo reconciliación, no será por lo mucho que Rocío Carrasco se ha esforzado en terminar de rematar la relación con sus hijos.