La llegada de Joe Biden al Despacho Oval después de unos apretados comicios en los que se debatía contra Donald Trump, que aspiraba a la reelección fue el reto más facil del demócrata como presidente del país norteamericano. Salvando las distancias, la derrota electoral de Trump, que había superado un proceso de impeachment y parecía no querer aceptar los resultados dictados por la población estadounidense, ha quedado rápidamente olvidado después del retiro de la primera línea mediática del magnate republicano. Ahora, los retos de Biden son mucho más grandes.
La pandemia por COVID-19 y sus sucesivas olas y críticas situaciones en uno de los países más afectados por la enfermedad o las constantes tensiones que Estados Unidos mantiene con otras potencias mundiales como China o Irán podrían representar un fuerte dolor de cabeza para Biden. Incluso la guerra entre Rusia y Ucrania, en la que su país mantiene una ambigua postura, y con ello toda la OTAN, representa un asunto importante pero no urgente. Biden desea ver solucionados los escándalos que acosan y mitigan su reputación y la de su hijo Hunter Biden.
Un olvido que ha costado muy caro a la familia Biden
La publicación de parte de los archivos de un disco duro que Hunter Biden olvidó por error en un portatil que mandó arreglar le han traído muchos dolores de cabeza. El responsable de la tienda, habiendo cumplido su trabajo y cansado de esperar la recogida del terminal, decidió curiosear e hizo una copia del disco duro, que contenía todos los comprometedores datos que recibió el gabinete de prensa de Donald Trump en plena campaña electoral que el republicano realizaba contra Biden antes de las elecciones en Estados Unidos. Las acusaciones lanzadas por Trump cayeron en saco roto, y muchos estadounidenses no creyeron su versión, considerando que utilizaría cualquier argumento con tal de lograr la reelección y desprestigiar a su rival político. Sin embargo, el gabinete de Trump envió las pruebas a The New York Post, que se apresuró a publicar una pequeña fracción de todos los comprometedores archivos que había almacenados en el disco duro copiado. Estas informaciones tampoco pasaron por ciertas para prestigiosos medios como el New York Times, por lo que la primicia del Post se vino abajo en cuestión de días y apenas recibió mayor notoriedad.
Otros medios como el diario británico The Daily Mail se hicieron nuevamente con la información almacenada en el disco duro, aportando pruebas de la veracidad de los archivos a través de meticulosas pruebas y comprobaciones realizadas por expertos informáticos. Ante la evidencia, aquellos quienes no creyeron antes tuvieron que reconocer su error y amplificar las publicaciones del Daily Mail o del Post. La certificación de la veracidad de los archivos sacados a la luz pública supuso el principio del tormento y el acoso a la reputación de Hunter Biden, cuyo prestigio se ha ido evaporando lentamente con cada nuevo caso de corrupción y escándalo al que se asociaba su nombre. Joe Biden, ya sentado al escritorio del Despacho Oval, ha intentado desvincularse sin medias tintas de su hijo, intentando que su manchada reputación no opacara ni distrajera a los medios de su gestión como presidente.
Algunos de los escándalos más famosos de Hunter Biden constituyen un auténtico museo de lo extraño: fotografías con prostitutas en posiciones estrambóticas, pruebas que aseveran el consumo excesivo y continuado de todo tipo de drogas en fiestas por todo lo alto, escándalos en las que están involucradas varias mujeres... Estos archivos señalan a otros miembros del clan Biden. En concreto, a la viuda de uno de sus hermanos, Beau Biden. Beau seguía los pasos del patriarca en el sendero político, pero su carrera se acabó repentinamente por su fallecimiento debido a un tumor a los 45 años. Algunas de las reveladoras fotografías muestran a Hunter Biden y la viuda de su hermano, Hallie, en una actitud realmente cariñosa. Durante mucho tiempo se especuló con que ambos mantenían una relación sentimental o algún tipo de unión muy íntima que surgió después de la muerte de Beau. La presión pudo con ambos, la verdad salió a la luz y la relación entre Hunter y Hallie acabó por romperse.
El origen de una vida desordenada
Toda esta sucesión de acontecimientos excesivos y estrambóticos es resultado de una infancia traumática marcada por la pérdida. Hunter sufrió un accidente de tráfico del que, junto con su hermano Beau, escaparon con vida. En el mismo vehículo iban la madre del clan Biden y una hermana pequeña, que no pudieron superar el choque y fallecieron. Desde entonces, algo cambió en Hunter y empezó a involucrarse desde ese momento en asuntos realmente turbios: Hunter reconoció haber consumido cocaína desde los 18 años.
Sea como fuere, las nuevas conexiones de Hunter Biden con una empresa gasística ucraniana o un corrupto magnate rumano no parece favorecer la senda de rehabilitación de Hunter Biden, que sigue dándole nuevas oportunidades a los rivales políticos de su padre de minar su confianza y manchar su figura como presidente de Estados Unidos.