Puede que Pablo Iglesias ya esté retirado de la política, pero su influencia sobre ella sigue siendo innegable. Sus lacayos siguen estando presentes, dando continuidad a sus ideas sin pudor alguno a pesar de los innumerables intentos de desalojarlos de los espacios públicos. Unidas Podemos sigue aferrado a sus escaños en el Congreso, mientras Iglesias vierte discordia desde sus tribunas radiofónicas y de papel.
Uno de sus lugares favoritos donde escribir estos textos es, sin duda, su recordado chalet de Galapagar, que lleva adjunto la palabra ostentación en todos los sentidos. Cuando la pareja se decidió por adquirir esta lujosa vivienda dejando atrás sus orígenes del humilde barrio de Vallecas, la extrema situación y el encerramiento y la presión mediática obligaron a Iglesias y Montero a lanzar un órdago mediático que salió perfectamente: continuaron liderando Podemos con el oscuro beneplácito de su militancia, a la que no le importó seguir apoyando a políticos que habían demostrado una dudosa moralidad y sentido del bien.
Más allá de la infracción fiscal que cometieron en la reforma del famoso chalet, Iglesias y Montero han tenido tiempo en estos años de estadía en el Congreso para ampliar su 'imperio' inmobiliario. No han tenido reparos en acumular propiedades a su nombre sin descanso, sabiendo que más de uno de sus 'camaradas' podría necesitar ayuda inmediatamente y un lugar donde poder resguardarse de las duras condiciones climáticas del exterior.
Irene Montero, actual ministra de Igualdad, ha creado una verdadera red de propiedades inmobiliarias de las que apenas ha disfrutado, pero por las que todavía sigue obteniendo rédito económico. De hecho, mantiene dos casas, una en Madrid y otra en Ávila. Tampoco ha ocultado tener a su nombre un espacioso almacén y estar en posesión de dos fincas, recibidas en herencia. Esta aportación al 'imperio' inmbiliario de los ideólogos de Podemos es pequeña en comparación con la de Iglesias.
El exlíder del partido morado tampoco tiene problema en admitir que heredará él solo un verdadero 'imperio' de propiedades inmobiliarias cuando sus padres fallezcan. Actualmente, todas las propiedades listadas más adelante son propiedad de los progenitores de Iglesias, pero su avanzada edad podría provocar que este trasvase y recepción en herencia se produzca cuando menos se espera.
Iglesias recibirá dos pisos en Vallecas, uno de 60 metros cuadrados y otro de 80 metros cuadrados en la Avenida de la Albufera, el corazón del distrito vallecano. Cerca, también hay un local de 32 metros cuadrados, en el distrito de Vicálvaro. Más allá de barrios humildes, la familia de Iglesias tiene en propiedad el piso en el que actualmente vive el padre del exlíder en Zamora y otro domicilio en el barrio de Salamanca, uno de los más exclusivos de Madrid. Todas estas propiedades suman, en total, casi un millón de euros en valoración.
El 'imperio' inmobiliario de Iglesias y Montero crece cada día que pasa, y sus responsables apenas hacen algún esfuerzo por ocultarlo. Esta decisión debería enfurecer a sus compañeros de partido, pero lejos de eso, prefieren ser cómplices de uno de los golpes más duros al sentido común y la coherencia jamás perpetrados por unos políticos.