Pedro Sánchez presionó por todos los medios posibles a Carmen Calvo, quien fuera su exvicepresidenta primera. Lo hizo con el objetivo de sacar adelante la bochornosa Ley Trans. La socialista, que estaba totalmente en contra de esta medida, tuvo que soportar el chantaje por todos los medios del líder del Ejecutivo y de su partido. De este modo, las intenciones del máximo representante del PSOE era evitar la ruptura de la disciplina de voto por parte de una de sus parlamentarias en un asunto que ha marcado un antes y un después en esta fuerza política. Sin embargo, no lo consiguió.
El presidente del Gobierno, según informa 'OKDiario', coaccionó a Carmen Calvo diciéndole que estaba en juego el expediente de expulsión que la presidenta de la comisión de Igualdad del Congreso tiene abierto en Ferraz. Pues bien, Sánchez intentó hacer reflexionar a la diputada cordobesa con paralizar dicho expediente si seguía las directrices de su grupo parlamentario.
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No obstante, Carmen Calvo no cedió. Se mantuvo fiel a sus principios y valores. Esto lo pudimos ver el pasado jueves, debido a que en la votación de esta Ley que se celebró en el Congreso de los Diputados se abstuvo y no siguió la línea oficialista de su propio partido. Todo lo contrario que el resto de sus compañeros, que sí que votaron a favor de la medida de la podemita Irene Montero. De esta manera, la posición de Calvo le va a pasar factura y es que ya le han abierto un expediente, que según fuentes del PSOE consultadas por 'OKDiario, “lo esperado es que acabe en una sanción de 600 euros”.
Puede ser suspendida de militancia
La cosa no queda aquí. La situación de Carmen Calvo puede ir a peor, y es que desde la dirección federal tienen un informe de la Comisión de Garantías del partido que con los estatutos en la mano señala que Carmen Calvo debería ser suspendida de militancia. Este hecho te puede recordar a otro muy parecido. Hago referencia al de Joaquín Leguina, que protagonizó un año y medio de debate dentro de la formación política por su supuesto apoyo a Isabel Díaz Ayuso. Por su parte, a la exvicepresidenta primera del Ejecutivo, ya la han denunciado desde sectores LBTBi del PSOE. Estos la acusan de criticar las leyes impulsadas por el Gobierno de manera pública.
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Carmen Calvo no fue la única que recibió presiones, como tal vez te podías imaginar. Desde las altas esferas del PSOE también llamaron a otras diputadas defensoras del feminismo tradicional y que se planteaban seguir los pasos de la exvicepresidenta. Ese chantaje y esas medidas de presiones sí que fueron útiles. De hecho, ya se pudo ver en la votación. Carmen Calvo se quedó completamente sola al no posicionarse a favor de esta ley. Es evidente, que demostró ser una persona con principios y valores, no como el resto de su formación.