El incendio de uno de los edificios más emblemáticos de París puede tener graves consecuencias para los parisinos, aunque los análisis oficiales no los mencionen.
El pasado 15 de abril, Europa se paralizó ante una tragedia cultural: el brutal y devastador incendio de la Catedral de Notre Dame, con el derrumbe de la famosa aguja incluido. (¡¡Gravísimo!! ¡¡Los obreros de Notre Dame fumaban en los andamios!!).
Según la estimación de la asociación ecologista Robin des Bois, este incendio provocó que unas 300 toneladas de plomo y arsénico, provenientes de la estructura y pinturas del tejado y la aguja, se volatilizaran.
Debido a esta información, la asociación ecologista ha exigido que se realicen análisis por toda la zona oeste de la ciudad la cual, debido al viento, sufrió la gran parte de la humareda, afectando a los jardines de Tullerías y al río Sena, entre otros. (Así ha quedado por dentro la Catedral de Notre Dame tras su dramático incendio).
¿Qué puede provocar el plomo en nuestro organismo?
La intoxicación por plomo, también conocida como ‘saturnismo’ puede tener graves consecuencias, ante todo en niños pequeños y mujeres embarazadas, habiendo recomendado la policía “cortarse a menudo las uñas y no morderlas”
En niños, puede provocar retraso en el desarrollo corporal, vómitos, dolor abdominal, fatiga, convulsiones y pérdida de audición, entre otros. También puede provocar nacimientos prematuros. (Las imágenes más impactantes del trágico incendio de Notre Dame).
En adultos, la presión arterial, problemas de memoria, dolor articular, trastornos del estado de ánimo o abortos espontáneos pueden ser algunas de las graves consecuencias derivadas de esta pérdida cultural.