James Rodríguez tiene los días contados en el Santiago Bernabéu tras su último lío extradeportivo.
El mediocentro fue titular en San Sebastián, pero realizó unas bochornosas declaraciones para su país y ahora le pasan factura.
James trató de explicar su futuro y metió la pata, hasta el fondo, al intentar explicar porque Zinedine Zidane no le ponía en liza. (Los pesos pesados del Real Madrid levantan la voz en el vestuario: ¡¡guerra de zascas!!)
Sin esperarlo, antes de que saltasen las declaraciones, salió de la partida en el Reale Arena, el nuevo Anoeta, y su papel en el campo fue discretísimo.
Subió al despacho de Zidane
El colombiano, precisamente en Colombia, tuvo una salida de tono, y trató de hablarlo con Zinedine Zidane, tal y como explica la prensa cafetera sobre el lío.
James subió al despacho del entrenador, con la vuelta de Marco Asensio e Isco Alarcón al equipo, y le recriminó a Zidane la falta de minutos.
Por todos es sabido que la relación que mantienen jugador y entrenador está totalmente rota y es inexistente. Se vivió un capítulo más del asunto en Valdebebas...
Fuera de la lista por no estar “anímicamente”
El resultado de la conversación fue quedarse fuera de la lista de convocados ante el Athletic Club, en San Mamés, al no estar disponible de forma “anímica”. (Zidane aprieta los dientes por la joven estrella: ¡¡Lo quiere sí o sí en su Real Madrid que viene!!)
Es la versión que explica el entorno del jugador. James no quiso vestir la camiseta del Real Madrid y tampoco quiso viajar a Bilbao en el importantísimo duelo que le puede dar la Liga al equipo madridista.
Zidane trató de explicarlo en la rueda de prensa y se hizo un buen lío al asegurar que era James el que se lo había pedido previamente. El de Cúcuta, probablemente, no volverá a jugar nunca más con los colores del Real Madrid.