Las Fuerzas Armadas suponen, desde todas las perspectivas, un orgullo para el conjunto de la nación española.
Y no es para menos; internacionalmente, los militares españoles están considerados como una de las fuerzas más fiables y estratégicamente preparadas, siendo parte fundamental de misiones internacionales de la OTAN en todos los rincones del mundo, desde el Báltico hasta África, donde se llevan a cabo multitud de misiones de paz, así como de desarrollo humanitario.
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También es conocida y amada la Unidad Militar de Emergencias (UME) que presta sus servicios a la ciudadanía en momentos clave, como inundaciones, incendios forestales, etc.
Así mismo, el Ejército español se ha convertido, en los últimos meses, en el gran apoyo de la Sanidad pública española. A través de la Operación Balmis, miles de militares se han desplazado a todos los rincones de la geografía española, para llevar a cabo tareas de desinfección en hospitales y residencias, apoyo a las autoridades civiles, organización del territorio y, principalmente, creación de hospitales de campaña en lugares estratégicos, como Madrid o Cataluña, aliviando así la presión de los hospitales y centros sanitarios.
Ahora, continuan con esta labor a través de la Operación Baluarte; además, rastreadores del Ejército, muy preparados, han sido ofrecidos por Defensa a la administración civil, siendo una ayuda inestimable en el control de la pandemia.
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Nueva misión: la España vaciada
En 2017, el Ejército cerraba las puertas del acuartelamiento oscense de Sancho Ramírez; tres años después, no sólo ha recuperado su actividad, sino que se ha convertido en una de las bases con mayor proyección, dirigiéndose desde allí seis brigadas españolas comprometidas con la OTAN.
Un cambio en las directrices de Defensa que marcaba el inicio de una nueva política territorial: la del retorno de los militares al entorno rural, buscando así la recuperación de la "España vaciada", y la "descongestión" de Madrid.
Una nueva 'misión' del Ejército español que busca ayudar a la recuperación y la sostenibilidad de las zonas rurales españolas, en peligro de total abandono tras la fuga de los jóvenes a las grandes ciudades y que, además, propiciará que el Ejército aumente su capacidad de respuesta ante cualquier necesidad del pueblo español.
"El despliegue del Ejército tiene un efecto vertebrador, da visibilidad a la presencia del Estado en todo el territorio, y permite su rápida intervención en apoyo a las autoridades civiles, tal y como se ha demostrado con la Operación Balmis" ha asegurado el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Francisco Javier Varela, a El País.