Kylian Mbappé decidió romper su silencio en rueda de prensa después de tres semanas de silencio ininterrumpido para centrarse únicamente en ganar el Mundial. El delantero, que brilló con un doblete y una asistencia en la victoria contra Polonia, reconoció en la sala de prensa del Al Thumama Stadium que su mutismo no tenía nada que ver contra los periodistas y que, además, asume la totalidad de la multa que debía abonar la Federación por sus no comparecencias públicas obligatorias al ser designado MVP del partido.
De hecho, según informa L'Equipe, su ausencia se debe a un aspecto puramente de imagen ya que no quiere que su nombre esté asociado con marcas de comida rápida, alcohol y apuestas. Por esta razón, ha evitado hablar, hasta la finalización del partido de octavos de final frente a Polonia, tras ser nombrado 'MVP'.
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Lo fue antes en dos ocasiones y sólo recogió el premio sin atender a los medios. En las fotos tapó el nombre de la marca de bebida que patrocina al evento, Budweiser, para evitar promover el alcohol y se marchó directo al hotel.
Eso suponía varias multas económicas que tendrá que abonar la Federación Francesa de Fútbol. Sin embargo, tras su exhibición contra Polonia, Mbappé volvió a ser elegido el mejor jugador del partido y cambió su 'modus operandi'. Giró el trofeo, pero compareció en rueda de prensa y se comprometió a pagar él mismo las multas.
"No fue nada personal. No tengo nada contra los periodistas. Es sólo que necesito concentrarme en el torneo. Cuando quiero algo me concentro a 100% y no quiero perder energía en otras cosas. Por eso no hablé. Van a multar a la Federación, pero lo pagaré yo mismo. Son mis decisiones y no deben pagar por eso".
Mbappé hace y deshace a su manera
El jugador criado en Bondy quiere controlar el 100% de su carrera. Él decide cuando habla, con quién, y las marcas con las que se asocia su imagen. Por esta razón tuvo a principios de año un problema con la Federación, ya que no quiso aparecer en un acto publicitario con una empresa de comida rápida a pesar de estar obligado como jugador internacional.
Al PSG le obligó a firmar esta cláusula en el contrato de su renovación y con la Federación no dudará en seguir pagando multas. Anualmente no representarán ni el 1% de su salario, que es el más alto del planeta fútbol. Cerca de 90 millones de euros y sólo de su equipo. A eso hay que sumar colaboraciones con marcas, inversiones... Y todo el imperio que tiene detrás.
En definitiva, esta postura del delantero francés viene de lejos dado que es algo que ha mantenido durante los últimos meses dándole igual las sanciones a las que se tenga que enfrentar. Él ha tomado esta actitud porque entiende que se ha convertido en un modelo a seguir para muchos niños franceses tras su meteórico ascenso al estrellato en el fútbol y no quiere dañar su imagen vinculando su nombre a marcas que promocionan productos negativos para la salud física y mental.