El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, quiere construir un legado memorable para el club blanco. De un tiempo a esta parte, se ha atribuido la tarea de dejar a la entidad en una posición inmejorable no solo para los años que le queden al frente de esta, sino también pensando en un futuro a medio e incluso a largo plazo en el que él ya no esté capitaneando el barco.
El proyecto que tiene en mente Florentino Pérez tiene dos claves fundamentales, y no tienen nada que ver con cuestiones deportivas. Sí, es cierto que a nivel deportivo su plan es fichar a Mbappé y Erling Haaland. Pero estos dos fichajes solo son la punta del iceberg.
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Lo que verdaderamente quiere el presidente del club blanco es dejar a los próximos mandamases del club y a todo el madridismo una herencia de lo más generosa en lo financiero. Las dos claves que maneja Florentino, de este modo, no son otras que dos de los grandes proyectos que ha iniciado durante su último mandato como presidente madridista: la Superliga y el nuevo Santiago Bernabéu.
Gracias a ambas cosas, Florentino dejará al Madrid en el lugar que le corresponde en el fútbol mundial y en la industria del deporte en general: como la entidad deportiva más importante del planeta y una de las más ricas sobre la faz de la Tierra.
Florentino quiere proteger al Real Madrid
Florentino Pérez va muchos pasos por delante del resto: se ha dado cuenta de cómo está cambiando el mundo, de cómo la sociedad se ha ido transformando con los años y de cómo eso ha afectado a la forma de entender el fútbol y al consumo por parte de los aficionados. Quedarse anclados en el pasado no es una opción: hay que mirar al futuro y eso pasa precisamente por ampliar la capacidad del club para conseguir ingresos.
El principal objetivo de Florentino con todo esto no es otro que proteger al Madrid y evitar que pueda caer en manos inadecuadas. Cuanto más dinero ingrese, menos necesario será transformar al club en una sociedad anónima deportiva. Los socios seguirán manteniendo el poder en la entidad, que será autosuficiente gracias a los ingresos obtenidos por la explotación de un Santiago Bernabéu que será muchísimo más que un estadio y al enorme volumen de ingresos que se pretende generar con el nacimiento de la Superliga.
Aunque ciertas instituciones y organismos deportivos se oponen, es un hecho que el cambio va a acabar llegando al mundo del fútbol. Florentino Pérez decidió liderarlo erigiéndose en portavoz y primer presidente de la Superliga. No le importó que el resto de los clubes le dejaran tirado porque entiende que esa competición es lo que va a salvar al Madrid de la quiebra económica con el paso de los años. Por eso sigue luchando por sacar adelante el proyecto.
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Ese legado que está construyendo, mucho más allá de lo meramente deportivo, deja claro que fichar a Mbappé o a Haaland no es más que la punta del iceberg de lo que prevé para el Real Madrid en los próximos 10-15 años. Precisamente, quiere un gran proyecto deportivo porque quiere estar preparado cuando se inaugure el nuevo Bernabéu y para cuando la Superliga logre desatascarse. En ese momento, los ingresos se dispararán y Florentino habrá ganado la batalla.