El Govern de la Generalitat ha prohibido a miles de catalanes su acceso durante las fiestas a su segunda residencia, en la comarca de La Cerdanya, y también en el Ripollés. La medida supone la ruina económica para la zona, que en invierno vive del turismo del esquí y cuyos comercios giran el 45% de su facturación anual en estas fechas. El Govern permite abrir a las estaciones de esquí catalanas de la zona. El problema es que no deja acceder a ellas. Son muchos miles de catalanes, fundamentalmente barceloneses, los que se han visto perjudicados por esta medida al no poder acceder a su segunda residencia para pasar las fiestas como tenían previsto. Pero existen motivos de peso que justifican una decisión tan drástica.
Hoy se ha sabido que el riesgo de rebrote en el Ripollès es de 1.858, mientras que en la Cerdanya asciende a 4.081. Cifras que se sitúan muy por encima de la media de Cataluña, que está en 1,4. A estas cifras se suman las dificultades sanitarias en ambas zonas. En el hospital de Campdevànol hay 21 sanitarios infectados, una situación parecida a la que se vive en el hospital de Puigcerdà, que no podrían abarcar las necesidades que se producirían con la llegada masiva de ciudadanos procedentes de Barcelona.
200 Mossos impedirán el acceso a la Cerdanya y el Ripollès
Para controlar la situación e impedir el acceso de los barceloneses a ambas comarcas, se ha puesto en marcha desde hoy un dispositivo con 200 agentes de los Mossos d'Esquadra que controlará los accesos al Ripollès y a la Cerdanya (Girona) en las carreteras principales y secundarias para asegurar el cumplimiento del cierre perimetral de estas comarcas, decretado por el Govern ante la alta incidencia de casos de coronavirus, la velocidad de propagación y la alta positividad en la zona.
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Lo ha explicado el comisario Joan Carles Molinero en una rueda de prensa junto al conseller de Interior, Miquel Sàmper, y a la consellera de Salud, Alba Vergés, para anunciar este cierre, que ha entra en vigor esta pasada madrugada a las 0.00 horas.
Habrá controles estáticos y dinámicos que comprobarán que quienes se desplacen lo hacen con una causa justificada o de fuerza mayor, en un dispositivo progresivo de Mossos en el que colaborará la Policía Local de Ripoll y la de Puigcerdà.
Así, se permitirá entrar y salir del Ripollès y la Cerdanya para ir a trabajar, cuidar de personas dependientes, recoger o llevar a los hijos, y acudir a un centro sanitario o educativo --incluidas las universidades--.
También como excepción, se permiten los desplazamientos para regresar al domicilio habitual, aunque quienes estén la noche de este martes en las comarcas y vivan fuera no pueden regresar en estos momentos, al estar vigente el toque de queda, ha recordado Sàmper.
Además, se podrá entrar y salir para ir al banco y a estaciones de abastecimiento en territorios limítrofes, así como para renovar permisos y acudir de urgencia para comparecer ante un órgano judicial.
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Son también excepciones los desplazamientos para ejercer el derecho de la manifestación y participación política, además de otras causas de fuerza mayor o necesidad, siempre "debidamente acreditadas".
En cuanto a las reuniones familiares por Navidad, en estas dos comarcas se limita el número de asistentes a seis, frente a los diez --con un máximo de dos 'burbujas' de convivencia-- permitidos en el resto de Cataluña.
Así afecta al tráfico de la zona
Los conductores podrán atravesar las comarcas para ir a otros puntos de Cataluña, mientras que los vecinos del Ripollès y la Cerdanya no podrán transitar libremente entre una y otra, salvo por causa justificada: el confinamiento es comarcal y no supone la unificación de ambos territorios, ha subrayado el conseller.
Sàmper también ha destallado que las personas que estén actualmente en cualquiera de las dos comarcas en una segunda residencia podrán salir de la zona desde hoy miércoles, puesto que su desplazamiento será para volver al domicilio habitual, una "causa que siempre ha figurado como excepción en todos los confinamientos que ha habido".
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Sobre el desplazamiento por motivos laborales, ha recordado que debe priorizarse el teletrabajo, pese a ser posible entrar y salir de estas comarcas cuando no se puede trabajar a distancia.
Preguntado por si fijar múltiples excepciones a las restricciones pueden dejarlas sin contenido, ha dicho que son tasadas y por razones de relevancia "social, sanitaria y laboral".
Estaciones de esquí abiertas... sin esquiadores
A pesar del confinamiento comarcal del Ripollès y la Cerdanya, podrán abrir los comercios de primera necesidad y los de 800 metros o superiores podrán abrir con aforo máximo del 30% --los que midan más, deberán limitar el espacio--.
Las estaciones de esquí podrán abrir, al acoger actividades deportivas al aire libre, pero no podrán hacerlo los servicios en estos espacios que no cumplan con los requisitos, como bares y restaurantes.
El confinamiento comarcal de la Cerdanya y el Ripollès tendrá una vigencia de 15 días --hasta el 6 de enero--, tras lo que se revisará en función de los criterios que fijen las autoridades sanitarias, ha explicado Sàmper.