Pedro Sánchez, a pesar de sus promesas electorales, no ha dudado en pactar con cualquier partido que consiguiera mantenerle en la Moncloa, al menos, un año más. Así pues, al igual que pactó con Unidas Podemos su llegada a la presidencia, ahora su pacto ha sido con los nacionalistas vascos y catalanes, los cuales, con su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) garantizan un año más de legislatura al presidente socialista.
Sin embargo, este apoyo de los nacionalistas no le ha salido 'gratis' al socialista: y es que Sánchez ha tenido que prometer más de 100 millones de euros a los nacionalistas vascos y catalanes para conseguir su apoyo a las Cuentas en el Congreso, exigiendo aún más beneficios los nacionalistas en el paso de los PGE por el Senado.
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Así pues, finalmente, el PNV ha logrado 32 millones de euros para el País Vasco; una cantidad superada por EH Bildu que, a pesar de tener menos representación en el Parlamento, ha conseguido un total de 35 millones de euros. Por su parte, los independentistas catalanes en conjunto han conseguido un total de 42 millones de euros gracias a su 'chantaje' al presidente socialista.
Cifras que destacan, no sólo por el elevado precio que Sánchez debe pagar por mantenerse en la Presidencia del Gobierno, sino por la repentina subida de EH Bildu, que se convierte, en términos económicos, en primer aliado del socialista.
ERC 'disfraza' el reparto de Sánchez
Si bien los herederos políticos de ETA se han convertido en el principal apoyo de Sánchez dentro de las Cortes Generales, las maniobras de distracción de socialistas y republicanos catalanes han conseguido desviar la atención de este hecho.
Y es que, a pesar del papel 'modesto' de los de Otegi en la negociación de los PGE, el último reparto de dinero por la negociación de las enmiendas a las Cuentas nacionales deja patente que ERC buscó beneficiar, de forma 'sibilina' a los nacionalistas vascos.
Así pues, los republicanos consiguieron que se destinaran 7 millones de euros de sus enmiendas al País Vasco; enmiendas que no tienen relación alguna con los intereses de la autonomía catalana, y que demuestran que esta maniobra no fue más que una forma de disimular, tal y como apunta OK Diario, el verdadero 'ingreso' que recibirán los herederos de ETA gracias a Sánchez.
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En concreto, estas partidas están destinadas a "proyectos culturales" del Ayuntamiento de Pasajes, Guipúzcoa (6 millones), otro medio millón para digitalización del euskera, y el resto, para la N400 a su paso por Lesaca.
Cifras negociadas por ERC ante el Gobierno de España que, sin embargo, corresponden a algunas de las principales 'obsesiones' políticas de los de Bildu, comprobándose así, no sólo la cercanía de Sánchez a los herederos de ETA, sino también su intención de, una vez más, ocultar la realidad a los españoles a través de acuerdos con otros partidos políticos que, a priori, generan menos rechazo dentro de la opinión pública.