Amancio Ortega es, sin duda, uno de los hombres más reconocidos de todo el panorama español, así como el hombre más rico de España, según asegura la lista 'Forbes' de los 100 españoles más ricos, con una fortuna de 57.000 millones de euros.
Una fortuna que no sólo le ayuda a mantener un imperio textil inigualable a pesar de la pandemia y la grave crisis económica actual, sino que también le permite hacer continuos actos solidarios para ayudar al debilitado sistema sanitario español, a enfermos de cáncer, y diversas acciones solidarias.
Sin embargo, el dinero no siempre acompañó al gallego y a su familia: y es que, cuando Amancio Ortega apenas contaba con 12 años, la situación económica en su casa era terrible, tal y como él mismo confesaba a Covadonga O'Shea, escritora de su biografía, 'Así es Amancio Ortega'.
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"Una tarde, al salir de la escuela, fui con mi madre a una tienda a comprar comida" relata el dueño de Inditex "la tienda en la que entrábamos aquel día era uno de aquelos ultramarinos de la época, con un mostrador alto, tal alto que yo no veía quién hablaba con mi madre, pero le escuché algo que, pese al tiempo transcurrido, jamás he olvidado: 'Señora Josefa, lo siento mucho, pero ya no le puedo fiar más dinero'. Aquello me dejó destrozado".
Situación que hizo que el joven Amancio decidiera comenzar a trabajar como recadero y mozo de almacén, donde empezó a tener contacto con el mundo de la moda, donde, al tiempo, conoció a Rosalía Mera, costurera en la tienda y camisería La Maja, aprendiendo ambos el negocio... y enamorándose.
El actual apoyo de todas sus 'mujeres'
Poco a poco, Amancio Ortega tuvo cada vez más inquietudes de emprendimiento hasta que, gracias al continuo apoyo de su madre, decidió crear su propio negocio, abriendo una pequeña tienda de batas y cucos para bebés confeccionados a mano.
Una tarea en la que el dueño de Inditex tuvo el apoyo en la sombra de su madre, así como de su cuñada Primitiva Renedo, que cosían en un taller las prendas que se vendían en la tienda, que no dejó de prosperar. Tanto, que un año más tarde, Amancio abría otro local en La Coruña, esta vez centrado en la lencería.
Éxito de las tiendas que también estuvo muy relacionado con la hermana de Amancio Ortega, Josefa, quien, después de haber estudiado Finanzas, comenzó a ayudar a su hermano con las cuentas de sus primeros negocios, y de los primeros pasos de Inditex.
También la primogénita del millonario, Sandra, fruto de su relación con Rosalía, trabaja en Inditex, de donde posee el 5% de la empresa; eso sí, lejos del foco mediático y de la moda textil, centrando sus intereses en ser la presidenta de la Fundación Paideia Galiza, dedicada a favorecer la integración social de las personas con discapacidad, y la creación de empleo para jóvenes.
Por su parte, la Fundación Amancio Ortega, también dedicada a fines de bienestar social y de oncología, está en manos de Flora Pérez, la segunda mujer de Ortega, que también forma parte activa de la empresa, habiendo conocido a Amancio cuando ella era encargada de una tienda Zara, y siendo su mano derecha desde hace casi 40 años, así como socia de Inditex.
Sin embargo, es Marta Ortega, la segunda hija del empresario, la que se ha convertido en el mayor apoyo del gallego, siempre vinculada al departamento de diseño de moda de Inditex, y considerada por todos como la heredera de la firma.