Jordi Cruz es, sin duda, el juez más duro y serio de Masterchef.
O al menos, ese es el perfil que le ha tocado explotar al lado de Samantha Vallejo-Nágera y Pepe Rodríguez, siendo el temor de los aspirantes a chef que pasan por el programa.
Y no es para menos: una sola mirada del tres estrellas Michelin basta para que los aspirantes sepan que hay algo que no está marchando bien dentro de la cocina.
y es que para el catalán, los fogones lo son todo: no únicamente su trabajo, sino su pasión, su orgullo... y lo que le salvó de una vida algo 'desastrosa', que él mismo ha admitido que llevaba antes de descubrir su amor por la cocina.
Así era Jordi Cruz, el delincuente
El chef nunca ha ocultado que de pequeño era conocido por ser bastante "travieso"; algo de esperar, siendo el más pequeño de seis hermanos. Y así lo recuerda es.diario.com.
Sin embargo, esdiario ha publicado algunos de los detalles más desconocidos de la niñez de Jordi Cruz, sacando a la luz algunos de los momentos en los que el chef pasó de ser un 'trasto' a un pequeño delincuente.
El pequeño Jordi llegó a 'robar' "10.000 pesetas" a su madre; botín con el que invitó a chuches a toda la clase. Otras situaciones fueron más graves, como el incendio en el campo que provocó con su hermano, o el robo de unos neumáticos, por el que fue detenido.(Santiago Segura se posiciona entre 'fachas' y 'rojos'. ¡Y le muelen a palos!)
Todo ello ha quedado en el pasado, convirtiéndose el catalán en una de las referencias por excelencia de la cocina española de vanguardia. Todo un ejemplo de superación, amor por la cocina, y valentía. Ahora, Jordi Cruz solo hace trastadas... en la cocina. Y saben a estrella Michelin.