Empar Moliner Ballesteros, que ni es periodista ni es nada, forma parte del star system de TV3, esa elite llamada a formar el pensamiento de los catalanes desde la caja tonta a base de mucho ji-jí y más jajá, que así la letra entra mejor. Por eso TV3 la tiene en nómina, aunque no en plantilla. Como Toni Soler, Jair Domínguez, Toni Albà, Quim Masferrer, Sílvia Bel o Mercè Martínez, bufones oficiales en la corte de favoritos y validos republicanos, que haberlos háylos. Empar Moliner ha vuelto a ser noticia por prestar su voz al pensamiento de Oriol Junqueras.
Le ha dado su voz al holograma de Junqueras
Y no ha sentado bien que una profesional... bueno, que alguien que cobra dinero público de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales se implique tanto, tanto, con la ilegalidad como para convertirse en la voz de un presidiario, aunque el tipo sea más que un presidiario. Los propios profesionales de la casa se lo han echado en cara. Y es que esta señora, que vivió un día su minuto de gloria quemando un ejemplar de la Constitución ante las cámaras, le ha dado voz al holograma de Junqueres en el Sant Jordi Club generando mucha polémica.
El Consejo Profesional de Catalunya Ràdio, sus compañeros, le han dicho en un comunicado que ya vale, que no les gusta y que no les representa. Entienden que un profesional de un medio público no puede colaborar en un acto de un partido político (en esta caso ERC) y ponerle la voz a Oriol Junqueras, algo que además, queda ridículo.
Sus propios compañeros le han llamado la atención
Pero en realidad ella no es periodista de la casa. Se gana un sueldo fijo ejerciendo de "tertuliana", que es algo así como pasar un rato cada día soltando paridas que llegan al gran público. Cuanto más extravagantes, mejor. Se trata de llamar la atención. Y eso sí, eso lo hace muy bien. Pero eso no cuela para sus compañeros, que conocen el percal. Su condición de tertuliana en el espacio 'Catalunya Migdia' no le exhime de responsabilidad, porque forma parte de un bloque informativo y "se corre el riesgo de que se confundan sus posicionamientos con la línea editorial del programa". Eso lo dicen los profesionales, que no los jefes, que están ahí para obedecer lo que les encargan desde arriba, naturalmente, y están encantados con las salidas de tono de esta señora.
Moliner ha dado su versión de los hechos en el diario Ara, el suyo. Admite que fue un error ponerle voz a Junqueras, pero lo tapa con la excepcionalidad del momento: "Quiero ayudar a cualquiera de los presos y exiliados. Lo haría por cualquiera, sin pensar en partidos. Y la estima personal por Oriol y su familia me hizo aceptarlo". Claro que sí. Y mientras tanto los catalanitos, que son muchos, muchísimos, que celebran ver en las mazmorras a quienes se saltan la ley, a seguir pagándole su sueldo por detalles tan generosos y humanos como este.
Y aquí no ha pasado nada. No pasó nada cuando desafió a la audiencia catalana quemando en directo un ejemplar de la Constitución... ¿Qué iba a suceder ahora? Nada de nada. El show debe continuar. Fue una "denuncia metafórica", dijeron sus jefes. Y a otra cosa mariposa.
¿Quién es Empar Moliner?
Empar Moliner Ballesteros no tiene ocho apellidos catalanes, arrastra 52 años y nació en Santa Eulalia de Ronsana, en la provincia de Barcelona y que llegó a formar parte de las listas de Junts pel Sí. Dice que es periodista, aunque ningún título lo acredita y debe conformarse con lo de escritora, como Ana Rosa Quintana, por ejemplo, que también lo es. Aunque, eso sí, ha ganado premios literarios, que para eso están lo amigos. Ha sido articulista de el País y en el diario Ara y opinadora en diversos programas de radio y televisión catalanes.
Se ha creado un personaje rompedor y muy directo que recuerda, hasta en los tics y manera de expresión, a Quim Monzó. Ni en eso es original. Es como la versión femenina de Monzó, pero sin su gracia. Así es el perfil del personaje que interpreta a la perfección Moliner.
La quema de la Constitución
En abril de 2016 quemó en directo un ejemplar de la Constitución española a modo de protesta por la derogación de una ley de energía que favorecía a los más necesitados. Los responsables de TV3 se avergonzaron tanto, que tuvieron que pedir disculpas. Pero ahí sigue ella pasados los años. Y soltando rebuznos como aquel que sostenía que "ser catalán en España es como ser gay en Marruecos". O "el Estado español no puede permitir que Cataluña salga de la recesión". El victimismo va con ella. Los españoles no nos quieren y nos desean lo peor. Se trata de una excelente narradora del evangelio separatista según Puigdemont y Junqueras.
Una candidata a estrella de Sálvame
Hace unos años el periodista Joaquin Roglán la retrató en La Vanguardia dudando entre situarla como actriz o directamente como cabaretera: "Propensa a la gesticulación desmedida, los nervios desatados, al chiste fácil sin argumentación intelectual y a la condena de los otros sin permitirles defensa posible, tiene su público, que es absolutamente respetable. La única duda es si su papel resulta más adecuado para un programa matinal de TV3 o para un espacio como Sálvame".
Pero no necesita recurrir a Sálvame, como Pilar Rahola precisó poner el cazo en Mediaset para convertirse en uno más de sus ejemplares. Empar Moliner no ha tenido que hacer las maletas y, sin salir de casa, ha hecho de la provocación separatista su medio de vida. Y no le va mal. Ha alcanzado la condición de estrella en TV3 y Catalunya Ràdio y se gana más que dignamente la vida sin necesidad de trabajar. Le basta con soltar cualquier píldora de su cuestionable colección de ideas y pensamientos disparatados.
Lo que cobra en TV3 y Catalunya Ràdio
Moliner ha facturado a todos los catalanes a través de sus medios públicos 222.500 euros en los últimos tres años a base de colaboraciones en TV3 y Catalunya Ràdio. Sólo de TV3 se ha llevado 141.200 euros por sus apariciones televisivas. 46.200, 46.000 y 28.000 euros anuales por su colaboración en el programa Els Matins. Ahora cobra unos 50.000 euros anuales por su aparición estelar en el programa de tarde Tot es Mou que presenta Helena García Melero.
En la radio pública se llevó 18.000 por su colaboración en el programa La Vida , luego 27.600 por el programa Res de Bo, más los 28.000 que percibe por su condición de "especialista en la actualidad" en el espacio informativo Catalunya Migdia.
Reparte certificados de buenos y malos catalanes
Y como especialista en la actualidad puede permitirse licencias como esta referida a Inés Arrimadas, que no es santa de su devoción: "Sé que no está cómoda haciendo este número por los pueblos. Pero ir a buscar la foto a una fiesta popular es pasarse. Mucha gente va con los niños y no es día de políticos gritando. Vaya sólo a los sitios que está dispuesta a amar. No somos una reserva". Es su manera de señalar a los buenos y los malos catalanes, que para eso se sobre la señora Moliner repartiendo certificados de divinos y malvados.
Hace poco fue denunciada por aprovechar los medios públicos con el fin de llamar a la población a la rebelión envuelta en una estelada. Se trataba de convencer a los ayuntamientos de que debían incumplir las leyes. También se la recuerda manipulando la realidad cuando afirmó que la alcaldesa de Berga Montse Venturós, de la CUP, había sido detenida por "colgar una bandera en el balón del ayuntamiento", cuando la realidad de su arresto pasaba por su desobediencia ante dos requerimientos judiciales.
El CAC la protege
El grupo de Periodistas Pi i Margall la denunció ante el CAC por su beligerencia y el belicismo que transmite en su discurso, algo impropio en un medio público. El CAC es la autoridad encargada de que en los canales públicos no se emitan contenidos que vulneren la normativa audiovisual mientras defiende la libertad de expresión y de información, el pluralismo, y la neutralidad y la honestidad informativas en sus noticiarios. Con Empar Moliner tiene trabajo.
Pero Moliner puede estar tranquila porque el CAC está controlado por los partidos separatistas. Así se entiende que no fuera materia sancionable Miquel Sellarès cuando en una tertulia dijo que "los votantes del partido popular son cerebros enfermos". Normal entonces que para el CAC la quema de la Constitución de Empar Moliner no fuera más que "un acto satírico y humorístico".
¡Qué gracia!