La vergonzosa fiesta subvencionada por Irene Montero: amenazaron con un bate a Ayuso y Abascal

El peligro de la radicalización comunista está más cerca del Gobierno que nunca

01 de Agosto de 2022
La vergonzosa fiesta subvencionada por Irene Montero: amenazaron con un bate a Ayuso y Abascal
La vergonzosa fiesta subvencionada por Irene Montero: amenazaron con un bate a Ayuso y Abascal

La indignación de los españoles con el ministerio de Igualdad y su líder, Irene Montero, no tiene límites. La representante gubernamental ha conseguido colocar a nuestro país en boca de todos los medios internacionales y lo ha convertido tendencia en redes sociales, pero no precisamente debido a sus buenas actuaciones e irreprochables comportamientos.

El mundo entero se ríe de España por culpa de Irene Montero, mientras que Sánchez está casi de vacaciones y la propia Montero y Pablo Iglesias siguen lucrándose a costa del comunismo que buscan imponer a todos los españoles desde su chalet de 600.000 euros situado en Galapagar. Las actuaciones del ministerio de Igualdad, una cartera que no existe en ningún otro país, hacen que caiga sobre los españoles un pesado manto de vergüenza y bochorno difícil de soportar.

Además de las infinitas acusaciones de plagio después del lanzamiento de la campaña 'El verano también es nuestro' y la revelación del verdadero coste de unos carteles que han sido, en su mayoría, plagiados y recortados de otras imágenes, el ministerio de Igualdad está detrás de otra enorme polémica: la fiesta subvencionada por la mismísima ministra en la que se han exhibido comportamientos que provocarían más de una pregunta acerca de la salud de ciertas personas.

Esta fiesta, subvencionada por Irene Montero y que la tuvo como patrona indiscutida, estuvo mal desde su mismo inicio. Antes de que los asistentes pudieran siquiera comenzar a disfrutar de la celebración, una 'drag queen' se acercó al escenario y colocó sobre él dos figuras de cartón, con la 'cabeza' tapada por dos bolsas de plástico negras.

El pistoletazo de salida de esta reunión fue la revelación de la identidad de estas dos figuras de cartón: Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal. Las dos figuras, pobremente recortadas y con la cara de estos dos políticos sobrepuesta de la mejor manera que pudieron, sufrieron un brutal y desproporcionado ataque con un bate de béisbol que blandía la misma 'drag queen' que había revelado las identidades de los dos muñecos de cartón.

A pesar de ser simples figuras de cartón, este acto provoca que muchos españoles miren con preocupación hacia el ministerio de Igualdad, preguntándose si con este acto se intentaba mandar un mensaje, y con qué intenciones. Alfonso Serrano, el secretario general del PP en Madrid, ha mostrado su preocupación con este gesto: "Busco en las líneas de trabajo del ministerio y entre qué es piropo y juguetes no sexistas, no veo nada sobre subvención de eventos en los que con un bate se apalea la figura de Ayuso".

Además, el secretario general del PP madrileño ha terminado por quitarle la careta a Irene Montero, el ministerio de Igualdad y el séquito de Unidas Podemos que acompaña a la mujer de Pablo Iglesias en el Gobierno de Pedro Sánchez con estas simples declaraciones realizadas a través de su cuenta de Twitter, donde muestra el vídeo para que cientos de miles de españoles puedan ver con claridad a dónde se destina el dinero de sus impuestos: "Lo que nunca esperábamos es que con el dinero de todos se paguen 'performances' en las que se maltrata la figura de la presidenta Isabel Díaz Ayuso".

Pero no solo el ministerio de Igualdad está implicado en la subvención y apoyo a esta polémica fiesta. Gran parte de las autoridades correspondientes de Ripollet, el lugar escogido para esta 'performance', se han volcado con la celebración y han dado su absoluto apoyo a la misma. Los gobiernos de formaciones como Decidim Ripollet, JuntsxCat, el PSC, Esquerra Republicana y diferentes asociaciones en contra de la homofobia han sido los organizadores, junto al ministerio de Igualdad, de una fiesta que se supone que debe velar por la igualdad entre todos pero que discrimina a los que mantienen un pensamiento radicalmente diferente.