A pesar de que parecía que la pandemia del coronavirus comenzaba a estar controlada, gracias al desarrollo de la vacuna frente al Covid-19 de varias farmacéuticas, las variantes del virus, muy contagiosas, han hecho que el mundo entero vuelva a estar en peligro pandémico.
Un riesgo de contagio, que aumenta cada día en todos los países del mundo, que ha llevado a varios Gobiernos a tomar nuevas medidas frente a las variantes del Covid, como nuevos confinamientos, prohibiciones de viajar, la imposición del pasaporte Covid, etc. Medidas que, ahora, parecen más necesarias que nuca, tras la llegada de la variante Ómicron a la esfera internacional.
Una variante que, según el Gobierno de España, no debería tener gran efecto en el país, debido al alto porcentaje de vacunados; sin embargo, los números demuestran un aumento significativo de contagios, lo que ha hecho que el Ejecutivo de Pedro Sánchez haga hincapié en las medidas ciudadanas para prevenir los contagios.
Medidas en las que destaca el "uso adecuado de la mascarilla" tal y como ha admitido este martes la portavoz del Gobierno,Isabel Rodríguez. Unas mascarillas que actualmente, gozan de un impuesto reducido del 4%, pero que, según los Presupuestos Generales del Estado (PGE) diseñados por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, podrían sufrir una modificación, alcanzando un IVA del 21%.
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"No hay ninguna decisión acordada [...] hay margen para actuar en esta cuestión, si fuera necesario" ha defendido ante los medios la portavoz socialista.
Sin embargo, estas palabras se contradicen con las acciones de los socialistas, habiendo vetado las enmiendas de PP y Ciudadanos a prorrogar la bajada del IVA de las mascarillas quirúrgicas y las FFP2 para el año 2022.
Un veto que estaría fundamentado en los intereses recaudatorios del Gobierno de cara al próximo año, ya que mantener el IVA reducido en las mascarillas supondría una caída en los ingresos del Estado de cerca de 400 millones de euros.
Obligatorias y "fundamentales" a pesar del IVA
Así pues, el Gobierno de España, centrado en cumplir con la subida de impuestos ya vaticinada para el 2022, podría cerrarse en banda a mantener los impuestos hiperreducidos a las mascarillas, aplicándoles a partir de enero un porcentaje de IVA correspondiente a los "artículos de lujo" a pesar de que las mascarillas son, de momento, obligatorias en espacios cerrados, y en la calle cuando no se pueda respetar la distancia de seguridad.
Obligatoriedad de la mascarilla que el Gobierno fundamenta en los informes de "evaluación rápida de riesgo" elaborado por el Centro de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad.
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"Debido al contexto epidemiológico actual, y a las incertidumbres asociadas a la variante Ómicron, se recomienda [...] mantener y enfatizar el cumplimiento de las medidas de control [...] la prevención es fundamental, incluyendo el uso adecuado de las mascarillas, la distancia interpersonal, la ventilación adecuada en los espacios cerrados y la higiene de manos" sostiene el documento.
Palabras que demuestran la necesidad de mantener las mascarillas durante el 2022 ante el riesgo de las nuevas variantes; una obligatoriedad que hará que el Gobierno, si mantiene su apuesta por el aumento de impuestos, llene las arcas públicas españolas a costa de los bolsillos de sus ciudadanos, que tendrán que cumplir con las imposiciones del Ejecutivo, debiendo decidir entre salud y dinero.