Quentin Tarantino es, sin duda, uno de los cineastas más reconocidos y apreciados, no sólo del contexto cinematográfico actual, sino de la historia del cine.
Un éxito que no es casualidad, sino que se debe al trabajo constante y diario del director y guionista desde bien temprana edad, cuando descubrió su afición por escribir guiones.
Un empeño que no contó con el apoyo de la madre del cineasta, que, viendo que su afición estaba afectando a sus notas en la escuela, prohibió continuar con este 'hobby' al joven Tarantino.
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"Ella se estaba quejando por eso [...] una vez, en medio de su pequeña diatraba me dijo: 'Ah, y por cierto, esa pequeña 'carrera de guionista', haciendo comillas con los dedos, ¡esa mierda se acabó!" ha relatado el cineasta en una entrevista en el pódcast 'The Moment' de Brian Koppelman.
La promesa de Tarantino: "sin casa, sin Cadillac"
"Cuando me lo dijo de esa manera sarcástica, yo le respondí: 'Está bien, señora, cuando me convierta en un escritor exitoso, nunca obtendrás ni un centavo de mi éxito. No habrá casa para ti. No habrá vacaciones para tí, ni Elvis Cadillac para mamá. No recibirás nada. Porque dijiste eso" respondió en aquel momento el joven Tarantino.
Una promesa que,a día de hoy, el famoso cineasta ha cumplido sin remordimientos: "sin casa, sin Cadillac" explicaba en la entrevista, aunque sí reconocía que una vez ayudó a su madre con problemas de impuestos.
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Venganza que no sólo es personal, sino que también conlleva una 'moraleja' del director hacia generaciones presentes y futuras de padres e hijos: "hay consecuencias por lo que uno les dice a sus hijos. Recuerda que hay repercusiones [...] porque el tono sarcástico es significativo para ellos".