'La Vanguardia' ha realizado un balance para analizar a Quim Torra en la presidencia del Govern ya que se cumplen dos años desde que llegó al puesto.
Jordi Juan, el director de 'La Vanguardia', ha definido así al tiempo de Quim Torra como presidente. "Han sido dos años perdidos".
Críticas a Torra
La pieza ha sido firmada por el periodista Joan Gisbert que comenta: "Quim Torra cumplió ayer dos años como presidente de la Generalitat, pero difícilmente podemos decir que está a mitad de mandato porque la amenaza de inhabilitación del Tribunal Supremo que pesa sobre él le impedirá llegar hasta el final de la legislatura. Accedió al cargo como presidente interino ya que siempre admitió que el presidente legítimo era Carles Puigdemont".
El periodista comenta: "Por tanto, no es ninguna sorpresa que su mandato sea recordado como una pausa en el tiempo donde se gobernó poco, pero se polemizó mucho. Lo mejor de Torra ha salido ahora cuando la Covid19 ha aparcado el proceso y se ha mostrado como un presidente que tomaba la iniciativa. sus decisiones, sin embargo, han seguido siempre marcadas por culpar de todos los males al Gobierno español que, para él, sólo la independencia es la solución".
Jordi Juan opina: "El presidente ha ejercido de pirómano en más de una ocasión y ha actuado más como simpatizante de los CDR que como responsable de los Mossos. Pero dudo que su gestión haya hecho crecer el independentismo. A cambio, hasta sus lamentaron algunas de sus acciones".
El director sentencia: "El futuro presidente, sea quien sea, incluso aunque sea independentista, deberá afrontar la presidencia de forma mucho más diferente a como lo ha hecho Torra. La pandemia y sus consecuencias le obligará, ahora sí, a centrar-se en gobernar, y esperamos que con ánimo mucho más constructivo. por el bien de todos y para no perder más el tiempo".
En el artículo dejan claro cómo apareció Torra: "Llegó de rebote al cargo, y de ello se cumplieron ayer dos años, aunque después de ser investido por el Parlament no tomó posesión hasta el día 17. Y lo hizo con voluntad de remarcar la situación de interinidad política en que se encontraba Cataluña, pendiente de una hipotética restitución de Puigdemont y los consejeros encausados por el 1-O que pronto, sin embargo, tuvo que guardar en el cajón de los recuerdos".
"A partir de ahí, la interinidad ha sido la constante de estos dos años, pero no precisamente en el sentido de que la describía Torra con aquella retórica republicana vacía de contenido con la que arrancó el mandato", explican.
El artículo concluye: "La interinidad la han puesto en evidencia tanto los continuos choques entre los dos socios de Govern -JxCat y ERC- como la imposibilidad de establecer una vía de diálogo estable y con garantías con el Gobierno español. Y como consecuencia de todo esto la perspectiva del adelanto de las elecciones ha sido permanentemente encima de la mesa. Llegó de rebote a la Generalidad y tiene todos los números para salir rebotado".