El nuevo alcalde de Perpiñán, perteneciente a la ultraderecha francesa, ha rechazado unir el futuro de la localidad con los independentistas catalanes.
"Hemos entrado en Cataluña. Muy emocionado de volver a pisar la tierra catalana comopersonas libres" exclamaba Carles Puigdemont hace algo más de un año cuando, proclamado eurodiputado tras su fuga a Waterloo, visitaba la localidad francesa de Perpiñán.
Lugar que, según el independentismo catalán, es considerado la 'Catalunya Nord', contando con el beneplácito y la complicidad del alcalde del lugar desde 2009, Jean-Marc Pujol, comprometido con la causa independentista desde el sur de Francia.
Tal era la seguridad de Puigdemont en el apoyo de Perpiñán a su proyecto catalanista, que el fugado de Waterloo planeaba utilizar la localidad francesa como sede de su movimiento independentista a nivel internacional, planteándose incluso la posibilidad de mudarse a Perpiñán en un futuro próximo.
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Sin embargo, la mala situación de la localidad francesa a nivel económico (con un 14% de paro frente al 8% de la cifra nacional, antes de la pandemia) han provocado un cambio radical en la Alcaldía de la localidad, que ha frustrado colateralmente los planes del fugado independentista.
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Y es que las últimas elecciones en Perpiñán han dado como vencedor a Louis Aliot, candidato de Reagrupación Nacional (ex Frente Nacional), después de obtener el 53% de los votos.
Una llegada al poder del gobierno de Marie Le Pen que supondrá un cambio radical en la estrategia política de la localidad, después de que Aliot haya asegurado, después de saberse ganador, que "Perpiñán es plenamente francesa".
"Nos toca devolverle a Perpiñán todo su brillo. Perpiñán es una ciudad radiante que recobra su identidad tutelar más allá de creencias particulares" ha señalado el nuevo alcalde.
Palabras que hunden el proyecto pancatalanista de Puigdemont, quien ha asumido esta derrota de Jean-Marc Pujol como propia: "Perpiñán será gobernada por la extrema derecha. No ha sido posible evitarlo" ha lamentado.