César pasó mucho tiempo viviendo en un criadero ilegal cerca de Sevilla en unas condiciones atroces.
Los perros simplemente se dedicaban a criar sin parar, y César pasó diez años encerrado en una caja.
Por suerte, consiguieron rescatar a César y a los otros perritos, y les encontraron un hogar.
Al principio, el simple hecho de moverse a César le daba pánico.