Ni la pandemia del coronavirus, ni la brutal crisis económica que atraviesan los ciudadanos, ni la situación sanitaria de la autonomía... ni siquiera la decadencia del movimiento nacionalista catalán y el cansancio de la ciudadanía ante el desafío independentista.
Nada de esto parece preocupar a la presidenta del Parlament catalán, Laura Borràs, durante su entrevista con el diario independentista 'ElNacional.cat'. Y es que la de JxCat parece decidida a crear una cortina de humo sobre todas las cuestiones importantes para Cataluña, y centrar sus esfuerzos únicamente en defender al cobarde Puigdemont, mientras éste vive la vida padre en Waterloo.
Asi pues, a pesar del abandono de sus funciones tras la aplicación del 155 en Cataluña, dejando a sus compañeros del procés en prisión, y sus intenciones de abandonar JxCat para centrarse en el Consell per la República, verdadera fuente de sus ingresos, Borràs no duda en asegurar que Carles Puigdemont sigue siendo el líder de JxCat.
"Claramente, Junts es el partido del presidente Puigdemont, y lo seguirá siendo, estando ahí o no" ha asegurado "sigue siendo lo que nos aglutina".
Dios los cría y ellos se juntan: el independentismo catalán enseña su 'patita' proetarra
Obsesión de ensalzar la figura del cobarde fugado de Waterloo que ha llevado a Borràs a asegurar que, de regresar Puigdemont a España, ésta debería ser la señal para que el movimiento nacionalista catalán declare la independencia y la república catalanas.
"Es evidente que su regreso debe poder ser una oportunidad para culminar la independencia de ese país [...] es evidente que sería la principañ victoria de quienes hemos estado sosteniendo que nuestra lucha es legítima porque había un gobierno que fue destituido, y comportó el exilio y la cárcel" ha asegurado.
Discurso en el que la independentista ya critica que España buscará vías para evitar la libertad de Puigdemont si decide regresar; palabras en las que, nuevamente, la presidenta del Parlament evita hablar de los delitos que pesan sobre el líder de su formación, sobre su fuga a Waterloo, o sobre los constantes rechazos de la Justicia o la política europeas en reconocer el nacionalismo catalán, así como que también evita confesar que, a pesar de todo, todo el movimiento nacionalista catalán sabe que el regreso de Puigdemont tendrá como destino la cárcel.
La mesa de diálogo, una estrategia del Estado
Obsesionada con la idea de que Cataluña reconozca a Carles Puigdemont como president, si 'decide' regresar a España, Laura Borràs sigue manteniendo que el desafío al Estado español es la única vía posible, criticando que la mesa de diálogo solo sea una "estrategia" de España para enfriar los ánimos independentistas tras el 1-O.
"El tiempo ayuda a enfriar, a consolidar a aquellos que dicen que es muy complicado [..] Me parece una estrategia muy hábil, pero no podemos comulgar con ruedas de molino en una mesa de diálogo en la que no hay orden del día ni voluntad que tenga que ver con el ejercicio del derecho a la autodeterminación y la amnistía" ha explicado Borràs.
Quieren la independencia y no saben ni dónde está Cataluña: es imposible ser más imbécil
Una 'estrategia' ante la que la presidenta del Parlament sólo contempla que las fuerzas independentistas se unan, abandonando sus intereses partidistas, entre los que se encontraría Carles Puigdemont, para luchar por un 'fin común': la independencia.
"Lo que hace falta es poder trabajar para ver cuando la unión de todas estas fuerzas independentistas pone por delante conseguir la independencia a otras cuestiones, que son otras lógicas de carácter partidista. Si somos capaces de trabajar todos juntos, seremos capaces de avanzar. Mientras tanto, el 'divide y vencerás' le está funcionando muy bien al Estado español" reconoce.