El FC Barcelona está ya en la víspera de la campaña electoral, que promete ser sangrante y despiadada. El sillón de honor del palco del Camp Nou está en juego y merece cualquier cosa por alcanzarlo. Con traiciones incluidas.
Todos los precandidatos se disputan a Xavi Hernández, de quien se sabe que será la llave que abra la puerta del Camp Nou al candidato que lo lleve de la mano. Se lo rifan. Y él lo sabe. Y, como oscuro objeto de deseo que es, está dispuesto a jugar sus cartas para que los golpes no le alcancen a él.
Xavi le dio calabazas a Bartomeu
Bartomeu quiso ficharlo en enero, antes de ofrecerle el cargo de entrenador a Quique Setién. El ya expresidente quiso salvar la cabeza repitiendo con Xavi Hernández la experiencia de Laporta con Pep Guardiola.
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Pero Xavi le salió respondón. No quiso quemarse y formuló una serie de condiciones económicas, de funcionamiento y de fichajes que eran inasumibles por el club. Y Xavi se quedó en Qatar esperando a que el proceso de putrefacción del Barça se consumara, como así ha ocurrido.
Prefirió al candidato Víctor Font
Xavi es listo y sabía que ligar su destino al de Bartomeu significaba firmar su propia sentencia de muerte en apenas seis meses, cuando lo que él desea es eternizarse en el Camp Nou. Y prefirió reservarse para su amigo Víctor Font, que lleva años preparando el asalto a la presidencia del Barça y cuenta con Xavi y con Puyol, Iniesta y Víctor Valdés como avales electorales.
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Sin embargo, ha aparecido en escena Joan Laporta, que se siente con autoridad moral suficiente ante Xavi para hacerle cambiar de acera. Y en eso está. Xavi Hernández pasó como jugador momentos duros con Laporta, pero también los mejores de su carrera, con el sextete incluido. Y mantiene un buen feeling con el expresidente.
Xavi juega a dos barajas... independentistas
Le han salido dos novias y está dispuesto a tontear con las dos para no quedar descabalgado. Eso supondría una traición para Víctor Font, que ha basado toda su estrategia en su compromiso con él. Pero Xavi ha optado por traicionarle y borrar su nombre de la candidatura, dejando abierta la puerta de Joan Laporta... por si las moscas.
De esta forma, no participará activamente en las elecciones formando parte de ninguna candidatura, pero sí dando a entender que su predisposición a aceptar el cargo de entrenador del Barça es total, tanto si gana Font como si es Laporta quien vuelve al club, dado que a pesar de los intentos no ha sido posible alcanzar una fusión de ambas. Los dos tienen en común su vocación independentista y su deseo de alinear al club claramente en la línea separatista que comparte plenamente Xavi Hernández.
El clásico del futuro: Xavi-Raúl
Lo que parece seguro es que Xavi Hernández será el entrenador del Barça del futuro, lo que unido a la evidencia de que Raúl González Blanco será el heredero de Zidane el día que el francés acabe su etapa en el Real Madrid, se recuperará la rivalidad Real Madrid-FC Barcelona en todo su esplendor en los próximos años. Los viejos duelos Xavi-Raúl sobre el césped se repetirán ahora en los banquillos.