Rockie convivió con una vaca durante dos años. Un buen día, la familia, que pasaba por problemas económicos, tuvo que vender a la vaca.
Rockie se puso muy triste. Lloraba desconsoladamente y decidió escaparse en busca de su amiga…¡hasta que la encontró!
Pero tras el emotivo reencuentro, volvieron a separarlos. El perrito volvió a casa, pero estaba deprimido y no comía.
Finalmente, la familia hizo lo imposible y llegó a un acuerdo para que la vaca regresase a casa.
Rockie solo podía saltar de alegría, mover la cola y lamer a su amiga.