La crisis sanitaria provocada por el coronavirus en España provocó un parón muy grave en la economía nacional.
Tan grave que muchos auguraban, ya al comienzo del estado de alarma, que esta crisis sanitaria conllevaría a España a una crisis económica incluso peor que la vivida en 2008.
Tras haber controlado el virus de Wuhan, al menos temporalmente, el Gobierno de España lo ha hecho público: se aumentarán los impuestos a la ciudadanía para afrontar el coste de la crisis económica provocada por el Covid-19.
·Así lo ha afirmado Pedro Sánchez este jueves, declarando que este plan de "justicia social" se basará en incrementar la recaudación para "reforzar el estado del bienestar" y homologar la fiscalidad española a la media de Europa, siete puntos por encima.
Grandes empresas, las más afectadas
El presidente socialista ha negado que en ningún momento se vayan a reducir las pensiones, asegurando que será "al contrario". Del mismo modo, también ha rechazado que se reduzcan o congelen los salarios de los funcionarios.
La propuesta económica del Gobierno, afín a las propuestas ya pronunciadas anteriormente por Podemos, es incrementar la recaudación de los tramos más altos de IRPF, así como el aumento del impuesto de sociedades a las grandes empresas.
Esto es uno de los frentes abiertos, en cuestión económica, del Gobierno socialcomunista, que también tendrá que afrontar el julio la "gran batalla" del fondo de recuperación europeo, así como la aprobación de una "reforma fiscal" en España. (Martínez Almeida se sale: ¡Hoy arrasaría en las elecciones!)
Tampoco se olvidan de los Presupuestos Generales del Estado, sobre los cuales Sánchez no ha querido explicar si el Ejecutivo cuenta con socios suficientes como para sacarlos adelante.