La surrealista conversación entre Jordi Évole y un taxista a cuenta del coronavirus

Ha escrito un articulo de opinión sobre cómo percibimos la amenaza del coronavirus

01 de Marzo de 2020
La surrealista conversación entre Jordi Évole y un taxista a cuenta del coronavirus
La surrealista conversación entre Jordi Évole y un taxista a cuenta del coronavirus

El coronavirus está en boca de todos. Es imposible no acabar hablando del tema incluso con desconocidos. Y eso es lo que le ha pasado a Jordi Évole en un taxi. Nos lo cuenta en un artículo de opinión en La Vanguardia. (¿Para cuándo la vacuna? Así lucha el mundo contra el coronavirus)

El periodista se sube a un taxi y observa que el conductor lleva un bote de gel de manos desinfectante. “Perdone, ¿el bote azul ese?” le pregunta. “Desinfectante de manos” le contesta el conductor.

El discurso del miedo

“¿Desde cuando lo lleva?” quiere saber Évole. “Desde que entró el miedo”, le responde. “¿No querrá usted decir desde que entró el coronavirus?”. “Noooo, primero entró el miedo” le dice el taxista entre risas. (Por qué no tenemos que volvernos locos con el coronavirus)

El chófer le cuenta a Évole que la gripe estacional “es más mortífera que el coronavirus y que de eso nadie dice nada”. “Es curioso, usted relativiza el alarmismo, pero se compra el gel”, responde Jordi. “Sí, somos manipulables”, le reconoció el taxista. 

El síndrome ‘no sea que’

El coronavirus es igual que la Lotería de Navidad: “Tú sabes que no te va a tocar, pero si un amigo tuyo compra un décimo en un bar de carretera de Zamora, tú compras con él, no vaya a ser que te toque”. (La vacuna contra el coronavirus puede ser una realidad mucho antes de lo esperado)

“Con las mascarillas debe pasar algo parecido. Podríamos denominarlo el síndrome no sea que: No sea que toque..., no sea que me infecte...” reflexiona.

El humor español

Hay una cuenta de Twitter que se ha hecho famosa. Es el mismo coronavirus en persona (o virus). Se llama @CoronaVid19 y es una cuenta que se cachondea del virus.

“Este es un país de extremos. Mientras hay televisiones que están haciendo el agosto a costa del alarmismo (el negocio del miedo), otros medios, diría que la mayoría, han optado por el sosiego recetando lo mejor que se puede recetar en estos casos: información. Y por ahí en medio, se ha colado algo de humor, otra gran vacuna ante el anuncio del apocalipsis”, vuelve a reflexionar el periodista. (El coronavirus también es un negocio muy rentable para algunos)