La consellera de Universidades de la Generalitat, Gemma Geis i Carreras, ha calificado de "represión" el hecho de que la justicia haya dictaminado que no se podrá identificar a aquellos alumnos que quieran hacer el examen de recuperación de Selectividad en castellano.
La intención del Govern independentista era que los alumnos que no quisieran hacer su examen en catalán fueran identificados, algo que finalmente el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha prohibido.
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Según Gemma Geis, esto supone "represión". A ojos de cualquiera, supone libertad porque todos los alumnos podrán escoger el idioma en el que quieren hacer su examen, entre castellano, catalán y aranés, sin miedo a posibles represalias.
"Con el Consejo Interuniversitario blindamos el catalán antes del requerimiento. El TSJC ha fallado contra la pretensión de obligar a que los exámenes estén en catalán y castellano. Ante la represión, inteligencia, anticipación y solidaridad", publicaba en Twitter antes de que saliera a la luz la decisión final de la justicia.
Las pruebas de junio no fueron legales
El auto del TSJC señala que no se debe identificar a los alumnos, ni tampoco apuntar cuál es su opción lingüística, además de dar opción a elegir entre hacerla en castellano, catalán y aranés.
La Generalitat vulneró, de hecho, las medidas cautelares solicitadas por el TSJC para garantizar que los alumnos pudieran escoger su opción lingüística preferida en el examen del pasado mes de junio.
De este modo, no se han salido con la suya en este intento de imposición del catalán. Ahora falta saber si cumplirán o no con lo dicho por la justicia, en unas pruebas de Selectividad que tendrán lugar desde este martes y hasta el próximo jueves.
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Gemma Geis, por bocazas, se ha llevado un buen revolcón y ha quedado claro que no es más que otra fanática bocachancla como la amplia mayoría de sus socios de gobierno.