El pasado 30 de octubre de 2018, Carles Puigdemont y los suyos presentaban en el Salón de San Jorge de la Generalitat su nuevo proyecto: el 'Consell per la República'.
Con esta nueva 'entidad' independentista, los líderes secesionistas pretendían generar una fuente de ingresos privados,que operara desde el extranjero, y dotar "de contenidos debates que el Estado no quiere que tengamos en el Parlament".
Es decir, una asociación privada de independentistas que, organizados, proclamasen los derechos y las libertades de una Cataluña separada de España.
"inscríbete al Consejo. Empadrónate a la República" anuncian los carteles propagandísticos del proyecto independentista de Puigdemont. Por la cantidad mínima de 10 euros anuales, puedes formar parte de la última asociación secesionista planeada por Puigdemont.
Y es esa última parte, la del dinero, la que parece que no convence a la mayor parte del pueblo catalán... ni siquiera a aquellos que defienden el separatismo.
88.000 inscritos en casi dos años
El batacazo que se ha pegado la propuesta de Puigdemont no tiene límite.
Pese a los esfuerzos de la propaganda independentista en promocionar el Consejo de la República, tan solo 88.000 personas se han apuntado a la asociación catalanista.
El porcentaje no llega al 1,1% de la población total catalana, ni al 1,6% del censo; un porcentaje muy inferior al que contemplaba el líder fugado. (¿Que la Generalitat desviara un 11% del gasto sanitario para financiar el procés también es culpa de España?)
Tampoco el 'multitudinario' evento en Perpiñán consiguió el efecto deseado por el Consejo de la República, ya que de todos los asistentes, sólo se reclutaron a 2.000 personas más, por lo que, en términos generales. se extrapola que en un año el Consejo puede reclutar a apenas 1.400 personas.