Ya se sabía que los partidos independentistas vascos y catalanes echarían mano de su proverbial falta de cintura política dando plantón a la reina Leticia en su presencia en el Congreso para homenajear a Clara Campoamor. Lo que no se esperaba es que las autoridades parlamentarias incumpliera al protocolo y no saliera a recibirla a su llegada.
La reina Leticia presidió en el Congreso el homenaje a Clara Campoamor, la gran luchadora y artífice de que las mujeres pudieran votar en España. A su llegada, la reina Leticia bajó del coche se dirigió a la puerta de entrada del Congreso y allí no había nadie esperándola.
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Sorprendida, la reina Leticia se dedicó a saludar a los presentes esperando la llegada de alguien que la invitara a entrar. Fueron momentos muy tensos que dejaron en muy mal lugar a las autoridades parlamentarias españolas. Deprisa y corriendo llegaron al lugar la presidenta del Congreso Meritxell Batet; la presidenta de Senado, Pilar Llop y la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo.
"Nadie la ha votado"
El fallo inadmisible de protocolo acompañó al desprecio ya anunciado de ERC, Junts, Bildu y la CUP, que tienen por costumbre boicotear cualquier acto que sea presidido por los Reyes de España.
Algunos, como el diputado de Bildu, Jon Inarritu, ha hecho gala del más absurdo de los sarcasmos: "Qué mejor idea que invitar a una persona que no le ha votado nadie para homenajear a la impulsora del voto femenino Clara Campoamor", ha explicado en su cuenta de twitter para tranquilizar su conciencia, obteniendo el aplauso de Gabriel Rufián, que se ha manifestado en la misma línea.
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El boicot de los partidos independentistas no supone ninguna novedad. Hace menos de dos meses plantaron al Rey Felipe VI en el Congreso durante la celebración del 40 aniversario del fracaso del golpe de estado del Coronel Tejero en 1981.
Clara Campoamor fue una figura vital en la consecución del derecho al sufragio femenino en la Constitución de 1931. Si ahora levantara la cabeza, se llevaria un buen susto ante la falta de talante democrático y el desprecio a las instituciones de determinados partidos "democráticos" españoles.