'La Fábrica de la Tele' no admite medias tintas: tiene a sus amigos, y tiene a sus enemigos. A los amigos los defiende a capa y espada, sin escrúpulos, mientras que a los enemigos los humilla y los machaca con menos reparo todavía. Entre los amigos, ahora encontramos a Rocío Carrasco, mientras que entre los enemigos de la productora está el archienemigo de Belén Esteban, Toño Sanchís. Solo así se entiende que dos circunstancias tan parecidas hayan sido tratadas de tan diferente manera.
Nos referimos al supuesto intento de suicidio de Rocío Carrasco y a lo sucedido con Toño Sanchís en 2015, cuando también ingirió una serie de pastillas tras salir a la luz el escándalo de su estafa a Belén Esteban. A Rociíto la han 'beatificado' después de la docuserie, mientras que a Toño Sanchís lo crucificaron e incluso le acusaron de haber fingido un intento de suicidio. La diferencia está en el testimonio posterior de ambos, muchísimo más claro en el caso de Toño, aunque no les interese esta comparación.
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Y es que Rocío Carrasco asegura haber intentado suicidarse en el año 2019 con la ingesta de varias pastillas de tres diferentes medicamentos. Sin embargo, en ninguno de los dos hospitales en los que fue atendida aquel día recogieron, en el informe médico, que quisiera quitarse la vida. Se hablaba únicamente de una lesión autolítica, que no tiene como objetivo causar la muerte, sino dolor o lesiones superficiales. Es decir, oficialmente, aunque ella diga que sí, no consta que fuese un intento de suicidio.
No obstante, en Sálvame han tratado lo sucedido con Rocío como tal. Lo curioso es que, cuando ocurrió el caso de Toño Sanchís, todos en el programa de Telecinco se lanzaron a degüello a por él. Incluso a pesar de que Toño admitió que no había intentado suicidarse, sino que fue un accidente: "El día que me tomé las pastillas llevaba una semana sin dormir y tuve un viernes horrible. Veía que se me iban muchos representados sin razón, no entendía nada y sólo veía cómo blasfemaban sobre mí y sobre mi familia. Lo único que quería era dormirme y descansar, por eso me tomé pastillas, pero se me fue la mano. En ningún momento me intenté suicidar", contó en 'El programa de Ana Rosa'.
Sálvame machacó a Toño Sanchís acusándole de fingir un suicidio
A Toño, al contrario que con Rociíto, lo frieron acusándole gravemente. Incluso Kiko Hernández, quien fingió un cáncer de páncreas, se atrevió a lanzar improperios contra el ex representante de Belén Esteban: "Preocúpate de que vas a dejar a tu familia sin casa por tu mala cabeza; de que no tienes ningún representado… Ahora eres un mierda, no eres nada, no tienes oficio ni beneficio. Preocúpate de que le has sido desleal a tu mujer tal y como nos narró Susanita, esa chica de Barcelona. Preocúpate de la enfermedad que te inventaste de tu padre, que milagrosamente se curó de Alzheimer. Preocúpate de que fingiste en directo un intento desesperado de suicidio...", le espetó Kiko Hernández meses después de aquel suceso, en plena guerra mediática.
Pero solo unos días después del incidente de Toño con las pastillas, en Sálvame no dudaron en machacarle todos los colaboradores: "Se ha tomado un antiinflamatorio y un paracetamol. ¿Por eso le han ingresado?", preguntaba Paz Padilla. "¡Qué vergüenza!", exclamaba Kiko Hernández. Mila Ximénez se preguntaba: "¿Y yo he estado dos días intoxicándome más que él porque no podía pegar ojo pensando que tenía parte de la culpa de esto?".
Finalmente, hasta Terelu se despachó contra él: "Me siento estafada. Sería incapaz de hacerle eso a la persona que menos me guste del mundo", lanzó la gran amiga de Rociíto, quien ni siquiera se enteró del intento de suicidio de esta hasta unos días antes de que se emitiera la polémica docuserie en Telecinco.
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Poner en duda un intento de suicidio es algo gravísimo, pero lo es en todos los casos. No solo según convenga al negocio de la productora, como ha sucedido con Toño Sanchís y Rocío Carrasco. Basta ya de dobles raseros.