Los partidos independentistas catalanes, que dirigen en Govern a sus anchas desde hace años, insisten, de forma obsesiva, en la necesidad de que la autonomía catalana sea completamente autosuficiente, con el fin de demostrar que Cataluña no es España y que, por tanto, debe ser considerada un Estado independiente.
Una obsesión de secesión que ha llevado al Govern catalán a crear instituciones paralelas a las españolas, llegando incluso a proponer la creación de una 'Hacienda' catalana donde los ciudadanos independentistas puedan pagar sus impuestos.
Sin embargo, esta obsesión de los independentistas nunca se ha centrado en crear una Ley electoral catalana.. a pesar de ser la única comunidad autónoma española que actualmente no dispone de un sistema electoral propio.
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Un 'olvido' de los independentistas que no responde a otra cosa más que a sus intereses secesionistas: y es que, ante la ausencia de la ley electoral autonómica, los comicios en Cataluña se rigen por la Ley electoral del Estado... la cual favorece que se mantenga el monopolio independentista del Govern de Cataluña.
Así pues, la Constitución española establece la igualdad del valor del voto. Sin embargo, sí existe una desigualdad en el valor del sufragio, según el número de diputados que se atribuye a cada provincia. Así pues, mientras en Barcelona son necesarios más de 47.000 electores por diputado, en Lleida, en manos de los secesionistas, es suficiente con 20.000 electores.
Salvador Illa quiere acabar con esta desigualdad
Desigualdad en el valor del voto de los ciudadanos catalanes con la que quiere acabar el líder de la oposición y primer secretario del PSC, Salvador Illa, que ha instado a los grupos parlamentarios catalanes a "hacer todos los esfuerzos" para crear una ley electoral catalana en los primeros seis meses de 2022.
"Cataluña es la única comunidad autónoma que no ha sido capaz de aprobar una ley electoral propia" ha lamentado el socialista, que ha tendido la mano al diálogo con el resto de partidos.
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Un diálogo en el que difícilmente estarán los partidos independentistas catalanes, que suman casi la mitad de la representación del Parlament. Y es que, a pesar de asegurar que no quieren nada de España ni de su Gobierno, lo cierto es que los secesionistas están muy agradecidos a la ley electoral española, que les permite seguir dirigiendo a placer el Govern de Cataluña, y llenarse los bolsillos a costa de todos los ciudadanos catalanes, muchos de los cuales no les han votado en las urnas, pero cuyos votos valen menos que los que sí han votado el totalitarismo independentista.