Alberto Núñez Feijóo es una de las figuras políticas más importantes de las últimas semanas. Desde su elección como líder nacional del PP, todos quieren saber absolutamente todas las entretelas de la vida privada del político gallego, que había logrado esquivar a los grandes medios de comunicación gracias a su largo mandato en Galicia.
Sin embargo, estas semanas se están conociendo gran parte de los detalles de la vida privada del ahora presidente del Partido Popular, como la relación con sus padres Saturnino y Sira, la localidad gallega en la que nació y cómo se construyó la figura política que ha llegado actualmente desde Galicia a Madrid.
Sin embargo, todavía hay una peculiaridad que no se ha desentrañado de la vida privada de Alberto Núñez Feijóo: el expresidente de la Xunta de Galicia llamaba todos los domingos a su padre hasta su fallecimiento. Pero ¿por qué lo hacía? La respuesta a esta pregunta es una de las más sencillas que pueden existir en el planeta Tierra.
Los Núñez siempre han sido grandes aficionados al fútbol. El deporte rey ha marcado la vida de Saturnino, el padre de Alberto Núñez Feijóo. Naturalmente, las experiencias vitales del político del PP también están marcadas por este deporte. Su padre introdujo al expresidente gallego al fútbol desde temprana edad sin saber que crearía un férreo hincha.
Los equipos más importantes para Saturnino y su hijo siempre fueron el Deportivo de la Coruña y el Real Madrid, y las conversaciones que ambos mantenían sobre la jornada de liga al final de la semana era uno de los motivos más que mantenían unidos a padre e hijo a pesar de las enormes distancias que los separaban físicamente.
Sin embargo, con el fallecimiento de Saturnino, Feijóo tuvo que perder esta costumbre, que se había convertido en una divertida rutina con la que recordar junto a su padre parte de la infancia que Alberto Núñez Feijóo siempre tiene en la memoria y de la que siempre habla, orgulloso de sus orígenes humildes y gallegos: "Eu son un rapaz dos Peares".