La rabia de Pablo Iglesias no tiene límite y resucita este viejo conflicto

El exlíder de Unidas Podemos desea ser relevante y estar en boca de todos otra vez

11 de Septiembre de 2022
La rabia de Pablo Iglesias no tiene límite y resucita este viejo conflicto
La rabia de Pablo Iglesias no tiene límite y resucita este viejo conflicto

Pablo Iglesias se supone que también es escritor. El libro 'Verdades a la cara', aunque lleve su nombre, no es de su autoría. Esta recolección de vivencias personales han sido recopiladas por el periodista Aitor Rivero gracias a varias entrevistas realizadas al propio Iglesias durante el año que ha tardado en salir esta publicación. Es la primera vez que Pablo Iglesias habla claramente después de ser humillado por Isabel Díaz Ayuso en las elecciones autonómicas de 2021.

Iglesias dispara contra todo y contra todos, especialmente contra los enemigos del comunismo. Sin embargo, Íñigo Errejón no aparece ni una sola vez en todo el libro, por lo que la respuesta de Iglesias al libro de su excompañero tendrá que esperar. Una de las vivencias que narra el exlíder de Unidas Podemos es el acoso que ha sufrido en su chalet de Galapagar.

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Esa es la primera contradicción de muchas: cuando Iglesias todavía vivía en Vallecas, fue uno de los promotores de los escraches. Pero cuando los sufre él y le acosan a las puertas de su casa, estos comportamientos son inaceptables. Los medios de comunicación también se ven afectados por la sed de venganza y la rabia de Iglesias.

"¿Cuál es el marco que hay instalado sobre Pablo Iglesias? Está retirado de la política, se ha divorciado, vive en Barcelona, es multimillonario, es el asesino de las residencias, recibió dinero de Irán y Venezuela". Este perfil, trazado por los medios de comunicación, es injusto para el exlíder de Unidas Podemos, que no duda en refutar estas acusaciones sin aportar muchas pruebas.

"Pues no, es mentira. No he visto a Maduro nunca. No vivo en Barcelona, no me he divorciado, ni soy el asesino de las residencias. Pero, ¡qué más da! Se trata de repetirlo, repetirlo y repetirlo, porque el bulo es un dispositivo de confirmación ideológica: si odias a alguien, recibirás con placer cualquier crimen que se le impute aunque sepas que es mentira". Sabe que no puede defenderse de todas estas críticas, por lo que se centra en la época justo anterior a la pandemia: la llegada del Gobierno de coalición.

Iglesias no ha temido en recordar la tensión en los Consejos de Ministros, especialmente en los momentos previos a la llegada de la COVID-19 a nuestro país. Echándose flores, el exlíder de Unidas Podemos comenta que los ministros morados fueron los que más en serio tomaron la amenaza del virus, contrastando con la supuesta pasividad de los titulares del PSOE. Además, ejerce un ejercicio de victimización escandaloso: considera que las propuestas de Unidas Podemos no fueron escuchadas porque era el propio Iglesias quien las sugería.

Esta tónica se mantiene durante todo el libro. 'Verdades a la cara' se ha convertido en una nueva arma de Pablo Iglesias con la que volver a ser relevante y generar expectación política. En su constante actitud agresiva, acusa al PSOE de "vivir en la política del día a día": reprocha a Sánchez que planteara "cosas que no se pueden concretar, cosas para las que faltan 30 años".

Las dos únicas personas que salen indemnes de la cacería de Iglesias, además de los militantes y políticos de Unidas Podemos, son el ministro de Seguridad Social y el alcalde de Cazalla. José Luis Escrivá, todavía titular de este ministerio, fue uno de los pocos socialistas que se atrevió a apoyar a Pablo Iglesias: "En esos días hubo 'feeling' con Escrivá porque estábamos de acuerdo".

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El alcalde de la localidad sevillana de Cazalla es el único personaje con el que Iglesias se disculpa. El regidor se comunicó con el exlíder comunista para señalarle su disconformidad con el término "voz cazalla" que había usado para referirse a varios políticos de la derecha española. Iglesias, sorpresivamente, rectificó de inmediato: "Desde entonces, cuando digo esto intento precisar que no hay ninguna ofensa hacia este pueblo y que hacen un licor muy interesante". Al menos puede reconocer uno de sus tantos errores.