Este pasado sábado 15 de junio, Ada Colau volvía a ser investida como Alcaldesa de Barcelona, después de conseguir el apoyo de los concejales del PSC y Cuidadanos. (El PSOE 'vende' los ayuntamientos de Cataluña a los independentistas para que Sánchez sea investido)
Al recibir la vara de Alcaldía, Colay ha prometido por su conciencia y honor "cumplir fielmente las obligaciones del cargo de alcaldesa por imperativo legal, con lealtad al Rey, respetar la Constitución, el Estatut de Cataluña y la Carta Municipal de Barcelona, y sobre todo servir a cada uno de los ciudadanos".
También, durante el discurso, la alcaldesa se ha comprometido a gobernar para todos los barceloneses. "No seré alcaldesa independentista ni antiindependentista" ha afirmado.
Promesas que no valen nada
Pese a haber prometido, momentos antes, gobernar para todos sus ciudadanos y guardar lealtad al Rey y a la Constitución, Ada Colau no se ha reprimido y ha vuelto a hacer mención a los políticos catalanes que actualmente se encuentran en prisión, volviendo a tildarlos de "presos políticos".
"Volveremos a poner el lazo amarillo en la fachada del Ayuntamiento de Barcelona mientras dure esta situación. Entendemos que es una práctica muy excepcional, pero es una situación de excepcionalidad política que no se ha de normalizar".
Palabras de Colau durante su investidura, que hacen sospechar que la Alcaldía de Barcelona volverá a dar mucho de qué hablar estos próximos años.
La colocación de este lazo amarillo será propuesta por BComú en la Junta de Portavoces del Consistorio, donde Ada Colau sabe que obtenderá una fácil mayoría.