El independentismo catalán carga duramente contra todo aquello que se pueda relacionar, o que represente, a España y a sus instituciones; así pues, en las manifestaciones, son las sedes de Hacienda algunos de los edificios más dañados por los radicales, mientras el castellano es la lengua a 'eliminar' en las escuelas y en las vías públicas.
Del mismo modo, la Casa Real española, liderada ahora por el Rey Felipe VI, es considerada una institución 'enemiga' para el nacionalismo catalán, que sigue exigiendo la instauración de una república catalana en la autonomía, y quemando retratos del Rey y la bandera nacional en las manifestaciones independentistas.
Actos vandálicos, críticas y amenazas que el monarca ha evitado valorar, incluso, durante su discurso tras el procés independentista del 2017, apelando de forma constante a la unidad en la nación española por encima de los intereses de unos pocos.
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Un silencio del Rey que ha molestado incluso a la prensa secesionista que, buscando volver a dañar la imagen de la Monarquía y cuestionar su democracia interna, ha planteado a sus lectores la posibilidad de que la princesa Leonor fuese homosexual, y cómo ésto podría afectar a su llegada al trono.
La Constitución defiende a la princesa Leonor
La situación sobre ley de sucesión en Países Bajos ha sido la excusa perfecta para los independentistas para buscar las 'cosquillas' a la Corona española.
Así pues, han sacado a la luz la situación que atraviesa la legislación sobre la Corona en el país, donde la ley indica que, para ser heredero al trono, el candidato debe casarse con una pareja del sexo opuesto. Una cuestión que ha llegado al Parlamento, planteándose la hipótesis de qué pasaría si la actual heredera, la princesa Amàlia, decidiera casarse con una mujer.
"La heredera no tiene que abdicar si se quiere casar con una pareja de su mismo sexo. No será un obstáculo legal" ha asegurado el primer ministro, Mark Rutte.
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En el caso español, es el artículo 57 de la Constitución quien defiende que la heredera al trono mantendrá su derecho de sucesión, a no ser de que se case "contra la prohibición expresa del Rey y de las Cortes Generales".
Algo que, desde la prensa independentista, se insinúa que podría pasar en caso de que la princesa Leonor quisiese casarse con una mujer, pero que no responde a la actualidad política y democrática del país, donde los homosexuales gozan de los mismos derechos matrimoniales que los heterosexuales, y donde la condición sexual no compromete la capacidad laboral de ningún ciudadano, amparados por la ley y el derecho.