La porquería que se esconde detrás de la estelada

Nadie da nada a cambio de nada, y menos los cabecillas del cobro de subvenciones en el gran negocio del independentismo

04 de Noviembre de 2020
La porquería que se esconde detrás de la estelada
La porquería que se esconde detrás de la estelada

La Operación Volhov desarrollada por la Guardia Civil ha servido para destapar algo más que el anecdótico supuesto de que Rusia iba a enviar a 10.000 soldados para defender la independencia de Cataluña. Ha permitido saber que los cabecillas del Procés han generado en Cataluña un ambiente de putrefacción insostenible ocultos tras la estelada.

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Gracias al informe de la Guardia Civil sabemos que esos prohombres de la sociedad catalana, dispuestos a darlo todo por su patria, son en realidad malhechores en busca de fortuna sin más objetivo que llenarse los bolsillos aprovechando el viento a favor del Procés.

Nadie da nada a cambio de nada

Es el caso del empresario periodístico Oriol Soler, que nada entre subvenciones para apuntalar proyectos que no funcionan, pero que ejercen de valiosos aparatos propagandísticos que sirven a la causa a cambio del correspondiente impuesto revolucionario. Nadie da nada a cambio de nada. Y menos estos. 

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Oriol Soler, uno de los ideólogos del Tsunami, duerme con el riñón bien cubierto recibiendo subvenciones por todas partes para alimentar sus chiringuitos y ponerlos al servicio de la causa para expandir el mensaje separatista. Diarios, revistas, programas de televisión, campañas publicitarias... El dinero fluye sin problemas para estos empresarios de éxito que pasan la mano por la cara a quienes se juegan su dinero para subsistir en la jungla empresarial.

Tres millones en subvenciones en cuatro años

En los informes de la Operación Volhov aparece Soler retratado como receptor de "importantes fondos públicos para el diario Ara", la biblia en papel del independentismo. Se entiende que el auto haga rabiar a las filas independentistas. En él se explica que su héroe Soler recibió entre 2016 y 2020 hasta tres millones de euros en subvenciones a través de cuatro sociedades diferentes, que así queda más disimulado. Es decir, que puede ser muy patriota, pero no tonto. Y cuanto más le pueda sacar a la causa, mejor.

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Se ha sabido también que las empresas de Soler se han beneficiado del dinero de la Generalitat eludiendo los concursos públicos. Es decir, obteniendo contratos a dedo, más o menos lo que sucedió en Andalucía con los cursos de formación. Por eso tanto sobre Soler, como David Madí y Xavier Vendrell, cuatro peces gordos, pesa la acusación de presuntos delitos de malversación de fondos públicos, prevaricación, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y desórdenes públicos derivados de las actividades del Tsunami Democrátic.

Lo que cuestan los vividores de la Generalitat

Y en este panorama de porquería y corrupción generalizada, se sabe que la Generalitat dispone de un total de 352 altos cargos que le cuestan a los catalanes 27,4 millones euros anuales, según denuncia e-noticies.cat. Hay que dar de comer a cuñados, amigos y amigotes y no se vislumbra las más mínima intención por reducir la nómina y apretarse el cinturón, como hacen todos los españoles, también los catalanes, en esta época de crisis.

La misma fuente indica que sólo en el departamento de Presidencia de la Generalitat se generan hasta 60 altos cargos, muchos de ellos auténticos vividores y chupópteros de la causa separatista que se llevan cinco millones de euros (a un promedio de 83.000 euros anuales) por su cara bonita y sin dar un palo al agua.

Y las productoras que chupan del bote de TV3, "la nostra"

Y luego está el aprovechamiento que la Generalitat hace de "su" tele (suya y de nadie más) para pagar favores y ganar adhesiones entre los suyos. El mismo medio desvela que el Govern se ha movido a través de TV3 con 34 productoras de confianza y merecedoras de recibir trato de favor por sus méritos pasados.

Es otra manera de recompensar generosamente, y con dinero ajeno, los servicios prestados. 34 fueron las productoras que recientemente le hincaron el diente al pastel de los 6 millones de subvención Departamento de Cultura a la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales.

Y ahí, entre los elegidos, están  El Terrat, de Andreu Buenafuente, que ya produce en TV3 programas como el FAQS. Batabat, propiedad del empresario Oriol Soler o Broadcaster, propiedad del periodista Josep Cuní. Así como otras productoras como Grupo Enderrock Ediciones, editora de la revista Enderrock o Lavinia Audiovisual.

Algo huele a podrido. Y mucho.